Se cumple, al menos de momento, una de las amenazas de la banca al Gobierno por el 'impuestazo'. Los bancos españoles han congelado la compra de deuda pública española como medida de presión en un contexto en el que la tendencia debería ser la contraria, en plena subida de los tipos de interés, según fuentes financieras. La cartera de bonos españoles se ha estancado en los 166.000 millones desde hace tres meses. Un hecho sin precedentes en los últimos años.
El sector ya deslizó esta advertencia durante las conversaciones con el Ministerio de Economía para suavizar el nuevo gravamen, que acaba de entrar en vigor este año y prevé recaudar unos 3.000 millones de euros hasta 2024. Los bancos son conscientes de que ahora tienen más fuerza por una doble razón: los estados se financian más caro y además el Banco Central Europeo (BCE) ha dejado claro que tiene menos predisposición a adquirir deuda pública de los países de la zona euro.
Los bancos españoles recompusieron la cartera de bonos españoles aprovechando el nuevo escenario alcista de tipos. En agosto, un mes después de que el Eurobanco aplicara la primera subida del precio del dinero en más de 20 años, las entidades volvieron a sobrepasar la barrera de los 166.000 millones en deuda pública española, lo que no ocurría desde 2020. Una posición que han mantenido también en septiembre y en octubre, según muestran las últimas estadísticas del Tesoro, actualizadas a 31 de diciembre.
Es más, en octubre redujeron su tenencia de bonos españoles por primera vez en un año, con una caída mensual de 116 millones. El banco central europeo activó el repliegue como comprador de deuda pública en verano y se intensificará durante 2023. Pero, a la luz de los datos, la banca española no ha cogido el testigo para financiar la deuda pública. De hecho, el BCE ha recortado en casi 3.300 millones la cartera de bonos españoles, según los datos difundidos por el Tesoro.
Mismos ingresos con menos deuda
"Lo lógico ahora es que los bancos aumenten su posición en deuda pública, aunque se necesitará menos cantidad de bonos para mantener el mismo nivel de ingresos por las mejores rentabilidades", afirma Eduardo Areilza, senior director de la consultora Alvarez & Marsal. Las últimas letras del Estado colocadas en el mercado, por ejemplo, rinden a un 2,44% a un plazo de doce meses, tras años en negativo que permitían a los gobiernos financiarse gratis o cerca de ello.
Areilza también explica que la congelación en la compra de deuda pública por parte de los bancos tiene que ver con la volatilidad del mercado ante la incertidumbre en las decisiones del BCE tanto las relativas a los tipos como en su plan de normalizar la compra de activos.
Nuria Álvarez, analista especializada en banca de Renta 4, apunta además a que los bancos están devolviendo de las conocidas como TLTRO, subastas de liquidez en condiciones muy favorables para sostener la economía en pleno Covid. De hecho, las entidades financieras europeas han decidido devolver casi 300.000 millones de forma anticipada por el empeoramiento de las condiciones de estas subastas, dentro del objetivo del BCE de recortar la inflación.
¿Sorpasso al BCE como gran comprador?
Los bancos españoles fueron el gran sostén de la deuda pública en 2012, cuando los inversores pusieron el foco sobre los países más endeudados, como España. Ese año la banca nacional llegó a aglutinar más de un 30%. Ahora, conserva un 13,5% del total de la deuda en circulación, tras el 'sorpasso' del BCE, que desde 2017 ha ido elevando de forma significativa la tenencia de bonos. A octubre del pasado año, el Eurobanco atesora 413.532 millones, casi un 34% del total.
Las compañías de seguros también son activas en la compra de deuda pública del Estado. Tienen alrededor de 87.600 millones, la mitad que los bancos. Los fondos de pensiones y de inversión también suelen comprar bonos, pero con un apetito mucho menor.
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