La banca dará menos crédito y más caro ante la amenaza de turbulencias financieras

Menos crédito y más caro. La banca ya empieza a notar el freno en la concesión de financiación a familias y empresas por las subidas de los tipos de interés, pero todavía tiene recorrido para seguir aumentado el precio por dos factores clave: el Banco Central Europeo (BCE) prepara más alzas de los tipos y la amenaza de nuevas turbulencias financieras tras los episodios de tensión por el Silicon Valley Bank (SVB) y Credit Suisse.  

Se restringirá así el crédito nuevo al no encontrar demanda solvente, como trasladan distintas fuentes financieras a Vozpópuli. En el sector se da por hecho que las entidades serán más restrictivas antes de aprobar las operaciones de crédito, en lo que pondrá su atención el Banco de España para comprobar que no se utilizan criterios excesivamente duros que añadan más presión a la desaceleración de la economía.

El ritmo histórico en la subida del precio del dinero en la eurozona, con un incremento de 350 puntos básicos desde julio del pasado año, se ha trasladado, de momento, sólo en parte al coste de la financiación, aunque se ha intensificado en los últimos meses.

Entre diciembre de 2021 y diciembre de 2022, el incremento acumulado del euríbor a doce meses superó los 350 puntos básicos, una trayectoria no vista desde hace más de 20 años. La traslación de esta subida alcanza en la actualidad alrededor del 30% de la subida en los tipos medios en la cartera de hipotecas y del crédito a empresas, según estimaciones del Banco de España. 

Financiación más cara también para los bancos

"En los próximos trimestres, es esperable que el aumento de los tipos de referencia continúe trasladándose a los tipos medios de préstamo, existiendo además riesgos al alza sobre su evolución", recoge el supervisor nacional en su último informe sobre estabilidad financiera.

Teniendo en cuenta las series históricas, el Banco de España prevé que los créditos sigan encareciéndose y apunta a que las turbulencias financieras globales a finales de marzo "implican un riesgo al alza" que se puede traducir en mayores costes de financiación para los bancos, que pueden, al menos parcialmente, repercutirlos en los tipos que aplicar a las operaciones de crédito.

"Los episodios de SVB y Credit Suisse serán un elemento adicional sobre el endurecimiento del crédito. Los bancos mirarán más el capital y la liquidez y esto provocará un endurecimiento de las condiciones de financiación que tendrá un impacto en el consumo, el crecimiento y la inflación", advirtió Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, en un encuentro informativo hace unos días.  El vicepresidente del Eurobanco avisó en el mismo foro a los bancos que el deterioro sufrido en los mercados tras la caída del SVB se puede volver a repetir en el futuro, por lo que pidió al sector europeo "no ser complaciente".

Frenazo en hipotecas

Los últimos datos del Banco de España corroboran el frenazo en la concesión de crédito. Las hipotecas nuevas se desplomaron más de un 17% en febrero en tasa interanual, según los últimos datos disponibles. Pero esta caída en la producción hipotecaria se produjo tras aplicar una subida récord del precio: el interés se duplicó y alcanzó niveles máximos previos al rescate de 2012.

En el último año, sin embargo, creció un 4% el nuevo crédito al consumo, que se convirtió en una salida para las familias ante la escalada de precios. Pero esta tendencia, como señalan varios ejecutivos bancarios, no se mantendrá a lo largo del año y los equipos financieros anticipan una caída también en este segmento.

“La concesión de crédito se está ralentizando, sobre todo en hipotecas. Hay un ligero frenazo”, reconoció María Dolores Dancausa, consejera delegada de Bankinter, tras presentar los resultados trimestrales el pasado jueves. Sin ir más lejos, el sector estima que será difícil que el saldo de financiación, en negativo durante varios años por la atonía de la demanda, vuelva a crecer a finales de este año.

Los banqueros sustentan las previsiones en dos razones principales. La primera, que el crédito nuevo será más caro y más restrictivo. Y la segunda, que las amortizaciones se dispararán como medida de ahorro de los hipotecados ante el rally del euribor.