La banca confía en el poder de veto del Banco de España. Las entidades reniegan de la promesa del Gobierno de ampliar hasta los 38.000 euros anuales el límite de renta para acogerse al plan de ayudas para pagar las hipotecas. Consideran que es innecesario y advierten de que les puede obligar a dotar miles de provisiones para cumplir con la normativa bancaria actual.
En el seno de los grandes bancos se confía en la capacidad del Banco de España para frenar esta promesa, según trasladan a Vozpópuli fuentes bancarias. Ya hay un precedente: en junio paró un intento de Nadia Calviño de rebajar la cuota de las hipotecas variables. Las patronales AEB y Ceca también se negaron en ese momento a reabrir el pacto.
En cualquier caso, los banqueros advierten de que el acuerdo es sectorial y requiere del consenso de todas las partes, como señalan las fuentes. Hace un año, Calviño forzó a las entidades a un pacto que tildaron de "prematuro", pero que no se pudieron negar por el coste reputacional.
Una medida política para los banqueros
"No hay necesidad. Es más una medida política, con un impacto real muy bajo”, insistian desde las principales entidades el pasado miércoles, cuando Pedro Sánchez prometió ampliar el límite de renta de los 30.000 a los 38.000 euros durante el pleno para su investidura como presidente del Gobierno.
"Tenemos que esperar un poco más para hacer una valoración en profundidad para ver si efectivamente está sirviendo o no el pacto", Margarita Delgado, subgobernadora del Banco de España
Esta medida implicaría reclasificar muchas hipotecas bajo la categoría de 'stage 2' o fase 2, como se conoce en el argot financiero, y podría tener un coste de miles de millones en provisiones para las entidades, según estimaciones preliminares del sector. En esta clasificación se incluyen los créditos bajo vigilancia especial, que no son fallidos pero se considera que el riesgo de entrar en impago ha crecido significativamente en los últimos meses.
La postura del Banco de España es clara. “Tenemos que esperar un poco más para hacer una valoración en profundidad y basada en la evidencia para ver si efectivamente está sirviendo o no está sirviendo (el pacto hipotecario)”, defendió Margarita Delgado, subgobernadora, en un foro financiero hace unos días. El gobernador, Pablo Hernández de Cos, volvió ayer a rechazar en público la promesa de ampliar el umbral para acogerse a las ayudas.
Alivio ante la escalada súbita del euribor
El pacto de hace un año reforzó el código de buenas prácticas de 2012 y creó uno nuevo para aliviar la carga financiera de las hipotecas a las familias ante el aumento súbito del euribor por encima del 4%.
Labrar este último código fue el que estuvo a punto de dinamitar el acuerdo, por las pretensiones de Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda, de ampliarlo más allá de las rentas de 29.400 euros y alcanzar a las "clases medias". Finalmente, un cambio contable de última hora permitió aligerar la carga en provisiones a los bancos y desatascó la negociación.
"Apenas el 0,4% de las hipotecas han solicitado acogerse a alguna de las medidas del plan de ayudas del Gobierno, según datos del supervisor bancario
Como anunció Sánchez en el Congreso de los Diputados, las rentas de hasta 38.000 euros podrán congelar la cuota hipotecaria durante un año y prolongar hasta siete años el plazo de amortización del crédito. El Gobierno estimó inicialmente que este nuevo código beneficiaría a unos 700.000 hogares ante la escalada incesante del euribor.
Pero la acogida después de un año dista mucho de esta previsión. El plan conjunto de ayudas a los hipotecados recibió cerca de 42.800 solicitudes en los primeros siete meses del año, según datos del Banco de España. El supervisor constata un impacto “limitado”: apenas suponen un 0,4% del número total de hipotecas vivas.
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