Un relevo que tardará en llegar. Los bancos se resisten a sustituir como gran tenedor de deuda pública española al Banco Central Europeo (BCE), que acelerará la reducción de balance y no volverá a comprar los bonos que venzan desde finales de 2024. Las entidades financieras nacionales apenas han comprado 1.374 millones de euros en deuda pública desde finales del año pasado.
Se trata de un pírrico aumento del 0,8%, según los registros oficiales, actualizados a septiembre de este año. Desde que el BCE inició el ciclo histórico de subidas de tipos, en julio de 2022, los bancos aprovecharon para recomponer sus carteras de inversión en deuda pública y apuntarse ganancias sin riesgo. De hecho, ahora tienen 171.206 millones en letras y bonos del Tesoro español, frente a los 140.107 millones con los que cerró 2021.
"Los bancos tienen ahora menos liquidez del BCE y están apostando por los fondos de inversión en lugar de captar depósitos. Estas serían las dos razones fundamentales de la caída de la inversión en deuda pública
El ritmo de compras se ha reducido en los últimos meses, con una caída profunda (de unos 7.000 millones) en abril. Este cambio de tendencia tiene su razón de ser en dos hechos fundamentales que han afectado a la tesorería de las entidades: la caída de las líneas de liquidez facilitadas por el organismo monetario y el trasvase de depósitos de clientes hacia fondos de inversión, como señalan fuentes financieras.
Devolución de la liquidez barata
En el primer caso, los bancos han estado devolviendo de forma paulatina las conocidas como TLTRO, subastas de liquidez en condiciones muy favorables para sostener la economía en pleno Covid. Y, de hecho, está previsto que ya no tengan ningún remanente de estas líneas a partir del primer trimestre de 2024. Este hecho está interrelacionado con la segundo razón que desde el sector aducen para explicar el menor apetito por la deuda pública.
"La guerra de depósitos se intensificará en el segundo trimestre, según la agencia de calificación Scope Ratings, lo que podría aumentar la inversión de los bancos en deuda pública
Sin ir más lejos, se espera que la caída de la liquidez empuje a los bancos a reactivar su interés en captar depósitos de los clientes, que son recursos dentro del balance y permitirá engrosar la tesorería. Para la agencia de calificación Scope Ratings, la guerra de depósitos se intensificará en el segundo trimestre de 2024.
En este caso, la recomposición de carteras en bonos españoles se podría volver a activar en los próximos trimestres, como señalan desde una de las grandes consultoras financieras, sobre todo si la concesión de crédito sigue cayendo por el elevado precio del dinero. Un respiro para las necesidades de financiación del Tesoro Público.
El BCE lleva meses replegando su inversión en deuda pública de los países del euro, como sostén para las primas de riesgo. El plan antipandémico, conocido como Programa de Compras de Emergencia Pandémica (PEPP por sus siglas en inglés), se ha ido recortando paulatinamente, pero aún no se traduce en un cambio en la lista de grandes tenedores de deuda pública español.
EL BCE amasa el 31% de la deuda pública española
El Eurobanco tiene todavía en sus manos más de 408.000 millones en obligaciones, bonos y letras del Estado español, según los últimos datos disponibles del Banco de España. Supone el 31% del total de la deuda en circulación, frente al peso del 13% de los bancos nacionales. Con el fin de la compras, irá reduciendo su posición aunque todavía habrá que esperar meses para observar su impacto, según fuentes financieras.
El frenético aumento de los tipos en Europa, hasta máximos de hace 22 años, está disparando el coste del Tesoro. El tipo medio de financiación de las nuevas operaciones saltó al 1,35% en 2022 desde el -0,04% de un año antes, sobre todo por el endurecimiento de la política monetaria en la segunda mitad del ejercicio. A noviembre de este año, según los últimos datos disponibles, el tipo las nuevas emisiones alcanza ya el 3,44%, el mayor coste desde 2011, antes del rescate de Bankia.
Presión para el Tesoro
Los aumentos de tipos están recortando la inflación en Europa mejor de lo esperado y el mercado ya descuenta las primeras rebajas entre el primer y el segundo trimestre. El BCE se resiste a dar pistas sobre cuándo iniciará el cambio de la política monetaria, aunque parece claro que el techo del precio del dinero se quedará en el 4,5% actual.
Esta tendencia frenará los costes de financiación de los Estados, aunque el repliegue del Eurobanco como comprador puede frenar o aplazar la relajación en el precio de la deuda, como advierten desde una de las grandes consultoras internacionales.
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