El Banco de España culmina la remodelación de su cúpula. Casi tres meses después de la imputación de parte de su organigrama en el caso Bankia y su renuncia, el Consejo de Gobierno del regulador se reúne este martes para aprobar el nombramiento de Alberto Ríos como director general adjunto de Supervisión, según fuentes financieras consultadas por Vozpópuli.
El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, cubre así dos de las bajas más pronunciadas que tuvo con las imputaciones del caso Bankia, la del número 1 y el número 2 de Supervisión, que quedaron cojas. Mariano Herrera y Pedro Comín ocupaban estas responsabilidades, respectivamente.
En el caso de Herrera, el Banco de España ya nombró a Julio Durán, hasta hace poco director general de Estabilidad Financiera y Resolución. Frente a este perfil más de regulación, Ríos tiene más experiencia en Supervisión, donde ha ocupado puestos de responsabilidad en los últimos 20 años. De esta forma, se invierte el tradicional equilibrio en el que el director general de Supervisión tenía más experiencia en inspección, como Herrera, y su número dos en regulación, como Comín.
El nombramiento de estos dos directivos se interpreta en el sector financiero como un intento de Linde de que casos judiciales como Bankia no vuelvan a salpicar a la cúpula del Banco de España. De hecho, en los años previos a la crisis Ríos se encargó de la supervisión de bancos que no han sido rescatados. Durante los últimos años sí que ha estado al cargo de Bankia, pero una vez rescatada y saneada la entidad.
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