Banca

Banco Popular gasta al menos 50 millones en remodelar su cúpula

La última salida ha sido la de Pedro Larena, que en siete meses ha percibido cinco millones en el banco. Se suman a la pensión de 24 millones de Ron; los 15 millones con los que salió Francisco Gómez; y los 4 millones que percibió Saracho como bonus por convertirse en presidente del Popular.

Los innumerables cambios en la cúpula de Banco Popular durante los últimos meses de crisis han costado alrededor de 50 millones. Un gasto extra para unas maltrechas cuentas de resultados, cuya última factura ha sido la del ex consejero delegado, Pedro Larena, que deja la entidad cobrando casi 5 millones en apenas 7 meses.

A ello se suman los 24 millones que la entidad provisionó para cubrir la renta vitalicia de Ángel Ron, de 24 millones (casi 16 millones se dotaron a finales del año pasado), que percibirá a través de un sueldo anual de 1,1 millones.

El número dos anterior a Larena, Francisco Gómez, que dejó Popular en julio tras la macroampliación de capital, añade otros 15 millones a la factura: una pensión de más de 14,5 millones y una indemnización de 1,14 millones.

Por su parte, el fichaje de Emilio Saracho costó un bonus inicial de 4 millones. Y todavía se desconoce lo que han cobrado y cobrarán los dos lugartenientes que el presidente de Popular ha traído para apoyarle: Miguel Escrig, director general adjunto a la Presidencia y director financiero; e Ignacio Sánchez-Asiaín, consejero delegado.

Todos estos conceptos ascienden a 48 millones de euros desembolsados o comprometidos por la entidad en apenas siete meses. La factura podría ser incluso mayor, teniendo en cuenta que durante los últimos meses se han alcanzado acuerdos de prejubilación con directivos de primera línea como Jesús Arellano (Auditoría Interna) y Tomás Pereira (Servicios Jurídicos).

Salida de Larena

En el caso de Larena, el banquero madrileño se va con casi 5 millones de euros bajo el brazo, tras no encajar con Saracho. Al igual que hizo el actual presidente, el hasta hace poco consejero delegado se cubrió de la posibilidad de que su salida de Deutsche Bank España, donde era un alto ejecutivo a nivel internacional, se convirtiera en un paso en balde. Por ello, negoció una prima de fichaje (bonus que se cobra en el momento de llegar a una entidad) de 1 millón de euros. Junto a ello, Popular y Larena pactaron que en caso de cese o salida voluntaria del banquero, este no podrá fichar por ningún otro banco durante tres años, periodo en el que cobrará su sueldo fijo.

“El contrato del Sr. Larena incluye un pacto de no competencia post-contractual que tendrá una duración de tres años desde la fecha de extinción del mismo. En compensación por dicho pacto, el consejero delegado tendría derecho a percibir una cantidad que se corresponde con la suma de los componentes fijos anuales de su retribución que hubiera percibido de haber permanecido en el Banco por los años de duración del pacto”, señala el último Informe de Remuneraciones del banco.

Larena, que en su día sonó de número dos para Bankia, no podrá recalar en ningún otro banco hasta dentro de tres años

Estos tres millones, más el millón de prima de fichaje más el sueldo de Larena durante estos siete meses (en torno a 650.000 euros), acercan su remuneración a los 5 millones de euros. Popular no hizo comentarios sobre estos cálculos.

Larena será recordado dentro de su paso por Popular por la afirmación de que la entidad "es un bancazo", al poco de aterrizar como consejero delegado. Según fuentes del entorno del banquero madrileño, hizo estas declaraciones convencido de ellas, por la potencia comercial de la red del Popular. Sin embargo, este banquero con experiencia, además de en Deutsche, en Banesto, no ha podido cambiar el rumbo de la entidad ni encajar con Saracho, que buscaba perfiles más de estrategia que de banca minorista para su número dos. En los próximos tres años Larena no podrá competir con Popular, pero sí trabajar en consultoras o crear negocios que no estén vinculados.

Otro coste, ya provisionado, será el del ya exvicepresidente, Roberto Higuera, que contaba a finales de 2016 con una pensión acumulada de 9 millones de euros. Está todavía por ver si su salida del consejo supone un coste extra para la entidad o no.

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