La inercia de tipos sigue mejorando sustancialmente las cuentas de resultados de los bancos. Bankinter obtuvo un beneficio neto de 685 millones de euros en los nueve primeros meses del año, lo que supone un aumento del 59% respecto al mismo periodo de 2022. Las ganancias se impulsaron en un fuerte aumento de los ingresos por las subidas de tipos del BCE y dispararon la rentabilidad ROE al 17%, el mayor nivel de la última década.
El resultado de los nueve primeros meses es el mejor de la historia de la entidad en este periodo, sin tener en cuenta 2021, cuando el beneficio se disparó a 1.250 millones por las plusvalías de 896 millones que se anotó por la segregación de Línea Directa, su antigua filial aseguradora que sacó a Bolsa.
El aumento de los ingresos típicos, que la entidad también atribuye a un mayor impulso comercial, compensaron la factura de 77,5 millones que ha pagado el banco por el 'impuestazo'. El gravamen extraordinario entró en vigor este año, aunque todos los bancos lo han recurrido en los tribunales.
La tasa de morosidad se elevó ligeramente del 2,10% al 2,19%, aunque el equipo directivo de Bankinter reforzó las provisiones un 16% ante el previsible deterioro de las carteras por la inflación y la menor actividad económica.
El margen bruto, que mide todos los ingresos del grupo, alcanzó los 2.005,1 millones de euros, lo que significa un 32,1% más que hace un año. Las comisiones netas suponen una contribución al margen bruto, excluyendo el impuesto a la banca, del 22%. Estos ingresos compensaron el aumento de los costes (+7%) por encima de la inflación.
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