BBVA tranquiliza a los grandes fondos ante la amenaza de Moncloa. La cúpula del banco de La Vela ha lanzado una ofensiva entre los inversores en La City para convencerles de la opa para hacerse con el Sabadell. En estos encuentros, la posibilidad de veto por parte del Gobierno ha centrado el foco de los fondos, a los que la entidad trata de calmar al asegurar que no habría una base legal que justificara la intromisión política, según trasladan a Vozpópuli distintas fuentes financieras.
Fuentes oficiales de BBVA no hicieron comentarios al ser preguntados sobre el 'road show' con inversores. Moncloa no goza de poder de veto sobre la opa en marcha, pero tiene la última palabra para aprobar la fusión.
Los grandes fondos de BBVA, como publicó este medio, temen por ello que el Gobierno interfiera en la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC), que tiene que emitir un informe sobre los riesgos de concentración antes de que se abra el periodo de aceptación de la opa.
"Carlos Cuerpo insiste desde hace días que Economía tiene la última palabra sobre la fusión. En caso de veto, ambas entidades operarían en solitario pese a que BBVA tendría el control del Sabadell si triunfa la opa
Para la cúpula de BBVA, como indican fuentes próximas a los fondos, el Gobierno sólo entraría en juego en la última fase, siempre y cuando la oferta ofrecida a los accionistas, con un canje en acciones, atraiga al menos al 50,01% del capital. En cualquier caso, Moncloa debería armarse de alguna razón legal para involucrarse, una premisa que el equipo directo de BBVA descarta a los inversores, según fuentes conocedoras de estos encuentros.
Incertidumbre
En el seno del banco de La Vela se advierte de que si no se autoriza la fusión una vez que la opa triunfe, se adentraría en una fase de incertidumbre, puesto que el control y la gestión del Sabadell corresponderían a BBVA, como fijan las normas sobre opas. Además, según fuentes financieras, las sinergias de 850 millones antes de impuestos se pondrían en peligro al no poder iniciar de inmediato los planes de ajustes previstos.
“Tenemos la última palabra”, repite desde el pasado jueves Carlos Cuerpo, ministro de Economía. En el caso extremo de que el Gobierno impidiera la absorción, BBVA y Sabadell se mantendrían operando como dos bancos distintos.
"Las cúpulas de BBVA y el Sabadell se enzarzan en una batalla sin precedentes, con acusaciones de filtraciones y con discrepancias sobre si hubo o no negociaciones antes de la opa hostil
El banco de La Vela tiene ahora que remitir los detalles de la opa a las autoridades regulatorias. Se tienen que pronunciar el Banco Central Europeo (BCE), la CNMC y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) antes de lanzar la operación entre los accionistas del Sabadell, que se estima que se prolongará durante un máximo de 70 días.
Pulso con el BCE
Entre los inversores institucionales no se entiende el rechazo del Gobierno. Más aún, en contra del criterio del BCE, que defiende el “sentido estratégico” de la fusión. En Fráncfort temen el impacto en la reputación del sector bancario español por la ofensiva del Gobierno.
BBVA y Sabadell llegan a compartir unos 70 inversores, entre los que se encuentran gigantes de Wall Street como BlackRock, JPMorgan o Goldman Sachs. En el caso de la mayor gestora internacional de fondos, despunta como el primer accionista en ambas entidades: controla un 3,62% en el Sabadell y cerca del 6% en BBVA.
La gran duda de los accionistas del Sabadell, según fuentes próximas a los fondos, pasa por saber si BBVA está dispuesto a mejorar la oferta actual, que propone un intercambio de acciones con una prima del 30% sobre la valoración previa al anuncio del interés.
Ambas entidades están librando una batalla sin precedentes recientes en el sector bancario español. Tras la opa hostil, se han acusado de filtraciones y de ocultar información a la CNMV. Incluso las cúpulas se han enzarzado en público sobre si hubo o no negociaciones de fusión antes de que se filtraran las intenciones de BBVA en la prensa británica.
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