Un mes después de subir su apuesta por Turquía, BBVA asume el impacto por la inflación desbocada en el país. El grupo ha desvelado que aplicar la contabilidad por hiperinflación le costará 324 millones de euros del beneficio declarado en el primer trimestre. Pero también tendrá efectos inmediatos sobre dos métricas financieras claves: borrará de golpe más de tres puntos porcentuales de rentabilidad y empeorará en más de cuatro puntos la tasa de eficiencia.
BBVA aplicará la contabilidad por hiperinflación en Turquía en el segundo trimestre, con efectos desde el 1 de enero de este año. En países con hiperinflación, la regulación contable internacional recoge un cálculo especial de los resultados por la pérdida de valor de la moneda local. La norma internacional fija como uno de los criterios para adoptar una contabilidad hiperinflacionaria cuando el IPC acumulado supera el 100% en un período de tres años. En Turquía se cumplió este supuesto en febrero de 2022.
La filial turca pasará de ser el tercer mercado del grupo a una aportación nula"
El grupo ya ha tenido que aplicar esta norma contable en otras filiales como Venezuela y Argentina, aunque se trata de mercados menos importante para BBVA que Turquía. Sin ir más lejos, la filial turca era hasta ahora el tercer mercado que más ganancias aportaba al grupo, con alrededor del 13%.
Este año su contribución pasará a ser "inmaterial", según la entidad, que estima que la inflación cerrará el año en el entorno del 60%. En mayo, el IPC de Turquía se situó en el 73,5%. Para Pimco, la mayor gestora activa de renta fija del mundo, los errores en el planteamiento de las políticas del Banco Central de Turquía han agravado el problema del desfase de precios. En el primer trimestre del año, la filial turca ha pasado de ganar 249 millones a unos números rojos de 75 millones tras el cambio contable.
Esta reformulación de las cuentas ya ha tenido un impacto considerable en la rentabilidad sobre patrimonio tangible, conocida como ROTE, y en la tasa de eficiencia, que mide el nivel de gastos sobre ingresos. BBVA ha corregido la ROTE al 12,7% frente al 15,9% declarado en abril y también ha empeorado la eficiencia del 40,7% al 44,8%. La rentabilidad ha retrocedido a niveles de diciembre de 2021 y el nivel de costes sobre ingresos empeora al nivel de hace un año. Estas nuevas métricas complicarán al grupo cumplir con su hoja de ruta para 2024, cuando prevé alcanzar una ROTE del 14% y una eficiencia del 42%.
Adiós a una aportación de 200 millones al trimestre
También hay que tener en cuenta que la casi nula aportación del negocio en Turquía se prolongará durante todo 2022, con sus efectos sobre todo en la rentabilidad. En 2021, Garanti aportó una media de unos 200 millones al trimestre. No obstante, BBVA reafirmó estos objetivos financieros a la CNMV tras comunicar que aplicará contabilidad hiperinflacionaria. El grupo confía principalmente en el tirón de los ingresos en Europa, sobre todo en España, por las subidas de tipos de interés, que se empezarán a materializar en julio.
El ajuste contable por la incesante subida de precios coincide en el año en el que la cúpula reforzó su apuesta por Turquía. La entidad ha subido su participación en Garanti del 49,85% a casi el 86% tras lanzar una opa voluntaria sobre el porcentaje que no controlaba. Para ello invirtió 1.410 millones de euros.
BBVA desembarcó en Turquía en 2011 con la compra de un 25,01% de Garanti a Dogus y General Electric. En 2015, BBVA se convirtió en el primer accionista, al aumentar su participación hasta un 39,90% mediante la compra de un paquete adicional de acciones a Dogus. En 2017, BBVA elevó su apuesta hasta el 49,85%.
El equipo directivo de BBVA defiende Turquía como un mercado estratégico por el potencial de crecimiento de la economía, la poca bancarización de una población de más de 85 millones de habitantes y los lazos comerciales con Europa.
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