Choque entre el Banco Central Europeo (BCE) y el Gobierno. BBVA acabó cumpliendo ayer la amenaza y lanzó una opa hostil para hacerse con el Sabadell, tras lo que Moncloa salió en tromba para oponerse y advertir de que tiene derecho a veto. Pero en el seno del supervisor único están convencidos de que la fusión tiene “sentido estratégico” por las cuantiosas sinergias y la complementariedad de negocios, como trasmiten a Vozpópuli fuentes próximas al BCE.
Carlos Torres, presidente del BBVA, aceptó el pulso de Josep Oliu, presidente del Sabadell, que se movilizó durante días para forjar un rechazo rotundo del consejo a una oferta mediante el canje de acciones que valoraba a la entidad catalana en unos 12.200 millones de euros. Y lanzó una OPA para convencer a los accionistas del Sabadell de que la operación planteada es “extraordinariamente atractiva”.
"BBVA daría un salto considerable en el negocio de pymes si compra el Sabadell. Ambas entidades tendrían cuotas del 22% en España, pero en Cataluña se acercarían al 40%
De su lado, como desveló el propio Torres, tiene al BCE, a quien los directivos de La Vela han informado puntualmente de sus intenciones. De hecho, el supervisor era conocedor desde un primer momento de los planes del BBVA, aunque en Fráncfort no terminan de gustar las formas, con una OPA hostil, que tiene poco precedentes en la historia reciente del sector bancario español, como indican las fuentes consultadas.
Argumentos de peso en Fráncfort
Fuentes oficiales del BCE prefirieron no hacer comentarios al respecto. Dos son los argumentos que pesan encima de la mesa en Fráncfort: las fuertes sinergias entre ambas entidades (que BBVA estima en unos ahorros de 850 millones antes de impuestos) y la complementariedad de negocios. En este último punto, BBVA daría un salto considerable en cuota de crédito a pymes, el gran atractivo del Sabadell, que le aportaría una porción del 12,7%, hasta superar el 24% en España. En total, la entidad combinada sumaría casi el 22% del crédito.
"En el BCE no se quiere dejar pasar otra oportunidad de fusionar al tercer y cuarto banco más grande de España tras el intento fallido de 2020
“Se tendría que haber discutido durante más tiempo. Pero la filtración en la prensa inglesa precipita todo”, admite en privado un alto cargo ligado al BCE. De hecho, en el seno de la institución se lamenta que los planes del BBVA se destaparan en medio de la campaña para las elecciones de Cataluña, por el riesgo de “politizar” la operación, como finalmente ha ocurrido.
Buen momento
En Fráncfort se considera que una integración como la de BBVA y Sabadell, que daría lugar a un gigante europeo con más de un billón de euros en activos, llegaría en un “buen momento”, en el que las valoraciones en Bolsa de los bancos son elevadas por el contexto de tipos altos.
La inercia por el ciclo de subidas del precio oficial del dinero está empujando la rentabilidad de los bancos, que ya cubren en su mayoría el coste de capital. Pero en el supervisor único se prefiere optar por una operación de este tipo ahora, antes de que pueda darse la vuelta el negocio y ante el inminente primer recorte de tipos desde 2016, según las fuentes consultadas.
En los despachos de Francfort, como subrayan fuentes conocedoras, no se quiere perder otra oportunidad de fusionar al tercer y cuarto banco de España. Sobre todo, después de los problemas de rentabilidad y de solvencia del Sabadell con la crisis del TSB, la filial británica cuya migración informática le costó 500 millones. “A los supervisores ya les sentó fatal que BBVA y Sabadell rompieran negociaciones en 2020. Tampoco se pueden permitir un segundo intento fallido”, afirman fuentes cercanas al BCE.
Eso sí, existen cautelas a que se pueda iniciar una nueva ola de fusiones en el sector, que quedó reducido de casi medio centenar a apenas doce entidades tras la crisis de las cajas. “Es buen momento para las fusiones, pero sin pasarse de concentración”, advierte un alto cargo del BCE.
Examen sobre el impacto en la estabilidad
En cualquier caso, el supervisor tendrá que analizar si una integración, en caso de que la OPA acabe fructificando, tiene efectos sobre la estabilidad financiera del sector bancario español, como anticipó ayer Luis de Guindos, vicepresidente del Eurobanco. “El BCE tiene que autorizar la operación. Hay que ser absolutamente prudentes, no sabemos si la operación va a cristalizar, dependerá de los accionistas”, se limitó a decir ayer Guindos.
"Tenemos la última palabra", proclamó ayer Carlos Cuerpo, que criticó las formas y el fondo de la OPA hostil. Hasta hace unos días, el Gobierno se mostró cauto, pero el riesgo de que la operación pueda ser utilizada por los independentistas ha provocado un fuerte cambio de posición
La posición de Fráncfort choca con la que tomó ayer el Gobierno. “Tenemos la última palabra”, se apresuró a advertir Carlos Cuerpo, ministro de Economía. Criticó la “forma y el fondo” de la operación y avisó de los riesgos de concentración y de que afectaría a la cohesión de los territorios. El Gobierno, como señalan fuentes del Ministerio de Economía, es quien en última instancia firma la autorización para dar luz verde a la operación, que antes debe contar con el aval de Competencia, la CNMV y el Banco de España.
Los riesgos de concentración se localizarían sobre en Cataluña, donde BBVA y Sabadell tendría cuotas cercanas al 40% y provocaría un vuelco histórico en ese territorio al superar a CaixaBank (con algo más del 35% en Cataluña). Pero, en cualquier caso, las dos entidades catalanas tradicionales superarían el 70% de cuota en dicha región.
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