El Banco Central Europeo (BCE) poco a poco se retira como gran comprador de deuda pública. El eurobanco activó el repliegue en marzo de 2023, cuando dejó de reinvertir parte de los bonos que adquirió de forma masiva sobre todo en pandemia. Y desde entonces ha recortado en 26.718 millones de euros la deuda pública española en sus manos, alcanzando niveles no vistos desde el año 2020.
El BCE atesora 386.407 millones en obligaciones, bonos y letras del Estado, que representan el 28,15% del total, según los registros oficiales, actualizados a julio. Cuando inició el cambio de política monetaria contaba en las arcas del Banco de España, a través de quien canaliza las adquisiciones, 413.125 millones.
El banco central lanzó un plan masivo de compras en 2022 para proteger las primas de riesgo ante posibles turbulencias financieras. Pero está decidido a retirar este exceso de liquidez que inunda el mercado como parte de su estrategia para corregir la crisis de precios.
"Se estima que el banco central dejará de recomprar entre 30.000 y 40.000 millones en bonos y obligaciones del Estado que venzan durante este año.
Tiene previsto acelerar en la segunda mitad del año el recorte de su plan antipandémico, conocido como Programa de Compras de Emergencia Pandémica (PEPP por sus siglas en inglés). Y pondrá fin totalmente en 2025 a las reinversiones de la deuda que vence.
Se estima que este año, Fráncfort deje de comprar entre 30.000 y 40.000 millones de deuda pública de España, según fuentes financieras. En la zona euro, está previsto que no vuelva a adquirir aquellos bonos que se vayan amortizando a un ritmo de 7.500 millones al mes.
Prima de riesgo
El reto para el Estado será mantener una base de inversores fieles ante la retirada progresiva del BCE. Un riesgo que puede tensionar la prima de riesgo española, como advierten fuentes financieras. El diferencial del bono español frente a Alemania está contenido desde hace tiempo e incluso ha caído por debajo del de Francia, un hecho inédito en 20 años. La prima de España roza los 75 puntos básicos, frente a los 76 que marcaba ayer la francesa al cierre de la Bolsa.
La incertidumbre política y la inestabilidad fiscal están pasando factura a Francia. Tanto es así, que el país galo cerrará este año con su mayor déficit desde la crisis de deuda de la zona euro y se situará en el 6%. El Gobierno francés ya ha anunciado un recorte del gasto social de unos 40.000 millones y un aumento de impuestos a grandes empresas y fortunas para recaudar otros 20.000 millones.
Pero España, como indica un alto banquero de inversión que pide el anonimato, tendría que compararse más con Portugal e Irlanda, países que estuvieron en el foco de los inversores en 2012 por el desfase de sus cuentas. En el primer caso, la prima de riesgo apenas supera los 50 puntos básicos, mientras que Dublín se financia teniendo en cuenta una prima de 35 puntos básicos.
¿Los bancos tomarán el relevo?
En paralelo a la retira del BCE, la banca emerge como el candidato a dar el sorpasso al eurobanco. Las entidades financieras del país ya tienen en sus manos 182.978 millones entre bonos, obligaciones y letras del Tesoro Público, lo que supone concentrar el 13,33% del total. Se trata de una cifra absoluta no vista desde 2015 y que se produce pese a que los costes de emisión del Estado se están reduciendo ante las rebajas de tipos de interés.
El tipo medio de financiación de las nuevas operaciones alcanza el 3,23% hasta julio, según los últimos datos disponibles, frente al 3,44% que marcó a finales de 2023. Esta tendencia es previsible que vaya a más, aunque se empiezan a extender las dudas sobre si el BCE se atreverá a volver a bajar el precio oficial del dinero este mismo mes ante la guerra entre Israel e Irán. Lejos queda cuando el Estado se financiaba a coste cero, incluso a tipos negativos. En 2021 el coste medio de las emisiones del Tesoro se situó en el -0,04%.
De momento, la incertidumbre se trasladó ayer a la subasta de letras a tres meses, que siguen ofreciendo un interés del 3% por la caída de la demanda. El banco central se reunirá el próximo 17 de octubre para decidir si espera o no a cómo evoluciona la tensión en Oriente Medio para aplicar otro recorte de tipos.
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