Presión del Banco Central Europeo (BCE) a los políticos ante nuevos fantasmas de turbulencias financieras. El supervisor único descuenta más episodios en los mercados, como los sufridos tras las crisis del Silicon Valley Bank (SVB) y la de Credit Suisse, y la creación de un gran banco europeo sería la prueba fehaciente de que Europa está preparada para afrontar la amenaza de nuevas tensiones. Pero falta iniciativa por parte de los partidos políticos de distintos países, como se denuncia desde el propio BCE.
Un fondo de garantía de depósitos único en la zona euro sería la llave para impulsar fusiones transnacionales entre grandes bancos europeos, como puso de manifiesto recientemente Luis de Guindos, vicepresidente del BCE. Un proyecto que serviría para mejorar de forma estructural la rentabilidad bancaria, que depende en exceso de las subidas de tipos y que en la era del dinero 'gratis' obligó al sector a acelerar la reducción de oficinas y plantillas.
"La concentración bancaria debe seguir con fusiones transnacionales. Es difícil, casi una quimera, pero deben producirse para crear una unión bancaria en Europa", dijo el vicepresidente del BCE en su intervención esta semana en un acto organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) e Ibercaja. El foro estaba repleto de banqueros de primera línea, como José Antonio Álvarez, exconsejero delegado de Santander y actual vicepresidente no ejecutivo, y Francisco Serrano, presidente de Ibercaja. También estaba presente José Sevilla, exnúmero dos de Bankia y que suena como uno de los candidatos a tomar las riendas de Unicaja.
El Eurogrupo intenta acercar posturas para crear un fondo de garantía único. Alemania y Países Bajos encabezan las oposiciones por sus dudas para compartir riesgos con países más endeudados, como España"
En plenas dudas por la salud de las entidades financieras, los banqueros españoles se apresuraron a marcar distancias respecto a Estados Unidos y en comparación con la crisis financiera que se desató en 2008 con la quiebra de Lehman Brothers. Y como cortafuegos piden a Europa acelerar la creación de un fondo único de depósitos, como reclamaron tanto Ana Botín, presidenta de Santander, como su homólogo de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, ante los accionistas.
Un paraguas a nivel europeo facilitaría los rescates de los bancos en dificultades y además pondría fin a la fragmentación que hacen los inversores de las entidades por su país de origen. Y aquí es donde estriba el bloqueo a un fondo de garantía europeo y, por ende, a un paso clave para estimular las fusiones paneuropeas.
"El presidente del Eurogrupo (Paschal Donohoe) ha insistido varias veces, pero se ha encontrado con dificultades políticas importantes", lamentó el vicepresidente del BCE, visiblemente contrariado al respecto, pero que no quiso ahondar en su crítica y apuntar a ninguno de los socios del euro.
Alemania y Países Bajos son los dos países más reacios a un fondo de garantía europeo para evitar mutualizar los riesgos. Un paraguas europeo para los depositantes crearía una herramienta eficiente para gestionar futuras crisis y contribuiría a la estabilidad financiera, como señalan fuentes financieras.
No ser complaciente
"Los bancos están bien posiciones, pero no hay que ser complacientes", advirtió Guindos en el foro para reforzar el mensaje de que se necesitan crear entidades fuertes. Algunas fuentes financieras presentes en el acto interpretaron que el vicepresidente lanzó con estas palabras un aviso a las entidades para que sean más cautas en el reparto de dividendos, que durante el Covid se vetaron para fortalecer la solvencia. En el caso de las entidades españolas, el 'pay out' o porcentaje de beneficios destinado a dividendos se sitúa o se prevé llevarlo a una horquilla de entre el 50% y el 60%.
Un matrimonio entre grandes bancos europeos apenas ha estado sobre la mesa. El momento más cercano fue antes de la irrupción del Covid, cuando los inversores apuntaron a fuertes rumores sobre una posible unión de Société Générale y UniCredit, aunque nunca llegaron a cristalizar los acercamientos informales. Fue la vez que más cerca estuvo el sueño de los supervisores, que siguen sin poner el broche a la Unión Bancaria nueve años después de iniciar los primeros pasos.
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