El 'impuestazo' a la banca tiene visos de que será permanente. El Banco Central Europeo (BCE) ya asume como un escenario más que probable que Pedro Sánchez convierta el nuevo gravamen en irreversible como una de las palancas para sostener los ingresos del Estado, según trasladan a Vózpopuli fuentes financieras próximas al supervisor único. Se espera que el Congreso de luz verde al 'impuestazo' esta semana para recaudar unos 3.000 millones de euros entre 2023 y 2024.
El temor del BCE se habría acrecentado en los últimos días tras el pacto del Gobierno con Bildu para que Euskadi recaude la nueva tasa fiscal a las entidades financieras y a las energéticas, y que, según la versión del partido abertzale, fija el compromiso de Sánchez a estudiar si se aplicará más allá de 2024 con carácter irreversible. "Una vez que el 'impuestazo' se convierta en ley, será muy difícil quitarlo", asumen fuentes cercanas a Fráncfort.
Antes de que la carga fiscal cumpla los dos años de vigencia previstos, el Estado afronta una caída de ingresos por la desaceleración económica y tras detectarse un incremento "inexplicable" tras la pandemia, como señalan las fuentes consultadas. Este hecho daría un argumento de fuerza al Gobierno para hacerla permanente, como advertían hace tiempo desde la banca de inversión mientras que PSOE y Podemos se mantengan en La Moncloa.
El supervisor único saldría otra vez al paso si Sánchez hace permanente el gravamen por sus efectos sobre el crédito y los clientes"
Pero en el seno del BCE se da un paso más allá y se considera que incluso el 'impuestazo' se podría incluir en la estructura impositiva del Estado con un cambio de Gobierno. "Es probable que los ingresos rebasen las previsiones por las alzas de tipos, lo que hará muy difícil a cualquier partido eliminar esta figura impositiva", trasladan fuentes en contacto habitual con Francfort. La proposición de ley grava con el 4,8% los intereses por el negocio típico de los bancos y las comisiones por la venta de productos financieros, como los fondos de inversión y seguros.
El supervisor único emitió una opinión contundente contra los planes de Sánchez, aunque, salvo sorpresa en la última fase de tramitación parlamentaria, sólo ha provocado dos variaciones en el texto de la proposición de ley del Grupo Socialista y Unidas Podemos. Una primera que incluirá a todas las entidades extranjeras en el perímetro del impuesto, como reclamaban los grandes bancos, y otra por la que acepta no utilizar lo recaudado para reducir el déficit público.
¿Se acabará repercutiendo la tasa en los clientes?
El dictamen del BCE sobre el impuestazo, emitido el 3 de noviembre y firmado por la presidenta Christine Lagarde, advirtió además de que los bancos están obligados por la normativa bancaria actual a trasladar la carga fiscal a los clientes. Pero el Gobierno desoyó esta 'recomendación' y se mantiene firme en que perseguirá a las entidades para que no repercutan el impuesto en el precio de los productos, dando competencias para ello a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). En este punto se avecina un choque con el sector, que anticipa que la tasa encarecerá el crédito.
En el caso de que el 'impuestazo' se haga permanente, el banco central saldría nuevamente al paso y reeditaría el dictamen, que no es vinculante. Se centraría en los mismos puntos sobre los que ya ha advertido tras la consulta del Congreso, como sus efectos sobre el crédito y la obligación de que los bancos lo repercutan a los clientes.
"Bastaría con cambiar la redacción en la que se dice que el gravamen es temporal por otra en la que se especificara que será permanente", señala un alto funcionario próximo al BCE. El choque entre el Gobierno, sea del color que sea, con el supervisor a cuenta del 'impuestazo' puede tener un nuevo capítulo en unos años.
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