Una bala esquivada. El bloque andaluz en Unicaja, liderado por la Fundación Unicaja y los dueños de Mayoral, ha dado una tregua a Manuel Menéndez como consejero delegado después de los recelos que ha despertado entre el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de España el intento para exigir su dimisión antes del examen de reevaluación como primer ejecutivo del banco, según fuentes financieras consultadas por Vozpópuli.
Los planes de la Fundación Unicaja, el primer accionista de la entidad con un 30,2%, para anticipar la salida del consejero delegado procedente de Liberbank han despertado los recelos de los supervisores, que han frenado de momento este movimiento que también contaría con el respaldo de Indumenta Pueri, el holding empresarial de la familia Domínguez de Gor, propietarios de la textil Mayoral, que tiene un 8,5% del banco.
De hecho, algunas fuentes no descartan que ahora se trate de pactar con el propio Menéndez una salida amistosa, con la amenaza de que será difícil que saque adelante el examen final sobre su idoneidad como primer ejecutivo.
Tras el tirón de orejas de los supervisores por el intento de forzar la dimisión del consejero delegado, en el seno del banco se considera que será más difícil que el bloque malagueño exija su renuncia en un consejo anterior al examen de evaluación"
Unicaja convocó este viernes un consejo que no estaba previsto, lo que hizo saltar las sospechas para que el bando malagueño pusiera sobre la mesa la petición de dimisión por la gestión de Menéndez desde la integración con Liberbank en julio de 2021. Finalmente, el máximo órgano de gobierno no debatió ninguna propuesta sobre el puesto del consejero delegado y se limitó a definir el perfil de las tres o cuatro consejeras independientes para completar el consejo.
Los supervisores interceden
Tras conocerse las intenciones de la Fundación, que publicó este medio, la batalla de poder en Unicaja ha vuelto a encender las alarmas de los supervisores. De hecho, el bando malagueño no dará ningún paso al frente a menos que pacte con el BCE y el Banco de España el ‘timing’ y un posible sucesor, como señalan fuentes internas del banco. En caso de no ser cesado, Menéndez perdería algo más de medio millón de euros de indemnización.
El banco celebrará un nuevo consejo, esta vez ordinario, a finales de mayo. Tras el 'tirón de orejas' de los supervisores, en el seno del banco se considera que será difícil que la Fundación acabe llevando a una reunión del máximo órgano de gobierno su propuesta de dimisión. “De momento no se quiere tensar más la cuerda con el BCE y el Banco de España”, enfatizan fuentes próximas a Unicaja.
El sector crítico reprocha a Menéndez la mala marcha del negocio bancario, pese a contar con el viento a favor del ciclo histórico de subidas de tipos. El banco redujo su beneficio un 43% hasta marzo tras registrar una caída del 2,5% de los ingresos totales. El día de la presentación de las cuentas, el 28 de abril, las acciones de Unicaja se desplomaron casi un 10% en Bolsa.
Dudas del bando asturiano sobre Spencer Stuart
El pacto de fusión entre Unicaja, Liberbank y el BCE fija el 31 de julio como fecha límite para que el presidente actual, Manuel Azuaga, ceda sus funciones ejecutivas. En ese momento, en el que se cumplirán dos años de la integración, Menéndez tendrá que someter al visto bueno del consejo su reevaluación como consejero delegado reforzado. Para ese examen, el banco ha contratado al cazatalentos Spencer Stuart.
Desde el bloque asturiano, formado por la Fundación Cajastur y el fondo Oceanwood, se sospecha que la misma firma de cazatalentos estaría sondeando a posibles candidatos externos para sustituir a Menéndez. De ser así, extienden las dudas sobre la idoneidad de Spencer Stuart y consideran que el examen estaría “viciado” desde el inicio, según fuentes financieras.
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