Carlos Torres pasó ayer el trago de declarar en la Audiencia Nacional por el caso Villarejo. De momento, lo hizo en calidad de testigo, pero si llega a ser imputado, el Banco Central Europeo (BCE) intensificará la presión sobre la entidad para implantar una presidencia institucional, el modelo de gobernanza preferido en Fráncfort. El supervisor único aprovecharía la debilidad de Torres en el caso Villarejo para despojarle de todos los poderes ejecutivos, según dan por hecho fuentes financieras consultadas por Vozpópuli.
Fuentes oficiales del BCE prefirieron no hacer comentarios al respecto. En los círculos financieros y judiciales no se descarta que el presidente de BBVA acabe imputado por el supuesto espionaje para defenderse del asalto de Sacyr en 2004.
En ese supuesto, el supervisor no tendría competencias para forzar su dimisión. Pero al tratarse de un consejero ejecutivo, entraría para revaluar el conocido como fit and proper (evaluación de idoneidad) y redoblaría la presión sobre el presidente, como indican las fuentes consultadas.
Por ahora hay nueve directivos en activo que están imputados. Algunos de ellos, como Juan Asúa, mano derecha de Torres, y Joaquín Gortari, de Auditoría Interna, forman parte del comité de dirección. Aunque ningún miembro del consejo de administración ha sido citado por la Audiencia como investigado (antigua figura de imputado).
"Carlos Torres ha defendido ante el juez la colaboración de BBVA para esclarecer los hechos. Una versión que cuestiona la Fiscalía porque la entidad dejó fuera al presidente del forensic
"Las evaluaciones de idoneidad analizan si los miembros del órgano de administración de una entidad de crédito supervisada (y los titulares de funciones clave cuando corresponda según la legislación nacional) son adecuados para sus funciones", especifica el BCE entre sus tareas de supervisión.
Torres se desvincula de los encargos a Villarejo
En su declaración de ayer en sede judicial, el presidente de BBVA quiso proteger a toda costa las reuniones secretas que se celebraron en 2018 en el seno de la entidad por los contratos con José Manuel Villarejo. Durante tres horas, Torres se desmarcó de cualquier actuación del banco hasta mediados de 2018 pese a la insistencia de Anticorrupción, como señalan fuentes conocedoras.
También defendió ante el juez la colaboración total de la entidad para esclarecer los contratos con Villarejo. Una versión que contrasta con la de la Fiscalía, que cuestiona el papel del banco por dejar fuera al propio Torres del forensic encargado por BBVA a PwC.
El BCE, de momento, no mantiene conversaciones con BBVA para preparar un plan de sucesión de Torres por sus implicaciones en el caso Villarejo. En cualquier caso, en el seno del banco se considera que no existe un sucesor natural para replicar la figura actual del presidente, según distintas fuentes financieras. "Sería más fácil si hay un CEO con plenos poderes", aseguran fuentes próximas a BBVA.
¿El momento de Caruana?
Se apunta sobre todo a Javier Rodríguez Soler, responsable de banca de inversión y Sostenibilidad. En su hoja de servicios destaca la venta de la filia de Estados Unidos, de la que era el máximo ejecutivo hasta 2021 y la que generó plusvalía netas por 580 millones al grupo.
Como presidente institucional sonó en su momento Jaime Caruana, exgobernador del Banco de España que entró en el máximo órgano de gobierno de BBVA en 2018 como independiente. Fuentes cercanas a Caruana, de 71 años de edad, aseguran que no tiene intención de convertirse en presidente en este momento de su carrera.
El juez instructor del caso Villarejo, Manuel García Castellón, prevé cerrar la instrucción a finales de año. En caso de que el banco acabe siendo condenado (está imputado como figura jurídica), se enfrenta a una multa millonaria y al consiguiente impacto en su reputación.
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