La avalancha de demandas y el real decreto de las cláusulas suelo generan incertidumbre más allá de nuestras fronteras. Grandes fondos norteamericanos están a la expectativa de ver qué ocurre con sus inversiones millonarias con la adquisición de grandes carteras de hipotecas en España.
Fondos como Blackstone, Apollo, KKR, Oaktree, Elington y Waterfall han apostado durante la crisis más de 4.000 millones en la adquisición de hipotecas de entidades como Catalunya Banc (ahora BBVA), Bankia, BMN, Abanca, Citi y GE Capital. Por ello, tienen a un ejército de abogados trabajando para minimizar el posible impacto de reclamaciones por las cláusulas.
Hay dos grandes cuestiones que preocupan a estos fondos:
1) Si tienen que cumplir como los bancos con el real decreto aprobado el pasado fin de semana por el Gobierno. Inicialmente no tienen por qué, ya que la solución del Gobierno sólo se refiere a “las cantidades indebidamente satisfechas por el consumidor a las entidades de crédito”. Es decir, si algún afectado ha pagado intereses de más a los fondos, tendrá que reclamarlo vía judicial. Desde alguna de las entidades que vendieron estos créditos explican que ellos se harán cargo de estos clientes negociando tal y como estipula el real decreto, pero sólo por los intereses que cobraron ellos de más.
2) Que las soluciones de la banca no convenzan a los clientes y estos opten por llevar a los tribunales tanto a la entidad vendedora de su crédito como al fondo que lo ha comprado. Ello podría derrumbar los planes estratégicos con los que llegaron estos inversores a España, para los que cualquier mínima desviación puede suponer un fiasco.
Clientes vulnerables
Se dan además otras dos circunstancias que hacen más complejo el asunto: que la mayoría de los titulares de hipotecas que han pasado a manos de fondos oportunistas no son conscientes de ello, por lo que siempre se van a dirigir al banco; y que también la mayoría son clientes morosos, algunos en situación de vulnerabilidad.
Por ello, desde las entidades argumentan que en caso de tener que devolverles dinero de las cláusulas suelo, lo lógico es que éste se descontara del dinero impagado. Y también hay casos en los que el cliente ha negociado nuevas condiciones de la hipoteca con el fondo (desde daciones en pago hasta reestructuraciones), por lo que ya se le habría perdonado parte de la deuda.
Algunos de los clientes que podrían ahora reclamar han alcanzado pactos con fondos de daciones en pago o reestructuraciones de la deuda
Otra derivada de esta situación son las cláusulas que se incluyeron en las ventas de carteras de hipotecas a los inversores internacionales. Algunos como Blackstone se protegieron del impacto de posibles demandas por las cláusulas suelo, cuyo importe tendrá que cubrir el Fondo de Reestructuración (Frob). Este fondo norteamericano compró más de 40.000 hipotecas problemáticas de Catalunya Banc en 2014, valoradas en 6.400 millones, por 3.615 millones.
Otros fondos no se cubrieron como Blackstone. Pero en caso de tener demandas en contra tienen una alternativa: reclamar al banco que la cartera que compraron estaba inflada, ya que contaba con una previsión de cobro de intereses inflada por las cláusulas suelo.
Principales operaciones
Junto a las hipotecas de Catalunya Banc, Apollo compró las de Citi y GE Capital (General Electric); Oaktree y Chenavari unos 4.000 créditos de Bankia; Elington una pequeña cartera de BMN; KKR un paquete de hipotecas de Abanca; y Waterfall una cartera de Bankia, a finales del año pasado.
Otra entidad que tiene un proceso en marcha es Liberbank, que a finales del año pasado puso en mercado 200 millones en hipotecas morosas. Esta nueva circunstancia será uno de los puntos que se tendrá en cuenta por parte del banco y los compradores.
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