Pocos relevos al frente de una compañía habían sentado tan bien en bolsa. Las acciones de Banco Popular se han disparado un 25% desde que se hiciera público que el consejo de administración iba a aprobar el nombramiento de Emilio Saracho como presidente, en sustitución de Ángel Ron. El rally bursátil se eleva hasta el 35% desde que comenzó a aparecer en las quinielas el nombre de Saracho y se hizo público que parte del consejo del banco, liderado por la independiente Reyes Calderón, había puesto contra las cuerdas a Ron.
Aunque Saracho todavía no ha cogido las riendas de la entidad financiera ni lo hará hasta el primer trimestre de 2017 (lo más probable que sea cuando el actual presidente haya firmado las cuentas de 2016 y convocado la junta), el mercado ha entendido que no tardará en tomar las medidas que necesita Popular.
Están sobre la mesa de Saracho una posible fusión o una ampliación de capital. Entre sus mandatos expresos está el de plantear al consejo distintas opciones estratégicas, entre las que se incluye una venta del banco mientras intenta enderezar el negocio, según Bloomberg. Ron ya tanteó esta opción hace unos días con BBVA con negociaciones directas con Francisco González, y hace unos meses con Banco Sabadell, que exigió un gran descuento para cerrar cualquier tipo de operación.
Lo que descuenta el mercado es que, de llegar, la fusión o venta de Popular no sería inmediata, sino bien entrado 2017 cuando se hayan tomado medidas clave para tranquilizar a inversores sobre la calidad del balance del banco. Según Morgan Stanley, la entidad tendría sentido para un competidor a un precio de entre 1 y 1,6 euros por título. Ayer cerró a 1,04 euros por acción.
Gran reto
Antes de ello, el principal reto de Saracho será sacar adelante el Proyecto Sunrise, con el que Popular quiere sacar de su balance 6.000 millones de euros en activos inmobiliarios. Esta operación se está encontrando con muchas trabas por parte de los reguladores (BCE y Banco de España), que no quieren que la entidad conserve de ninguna forma riesgo en la nueva empresa inmobiliaria. Esto se suma a las dudas de los potenciales inversores en Sunrise, que podrían disiparse tras la llegada de Saracho.
Junto a la estructura de financiación y la exposición a la sociedad de Popular, la principal preocupación del mercado es si Sunrise nacerá con unos precios adecuados a la realidad. La cuestión es si poner en valor estos activos forzará o no a que la entidad tenga que acometer una nueva ampliación de capital. Todos los ojos están puestos en la familia Del Valle, que tras la presión ejercida para relevar a Ron ahora tiene que dar un paso adelante.
El mercado cree que Saracho es el más capacitado para darle la vuelta al 'Proyecto Sunrise' con éxito
Junto a la llegada de Saracho, la cotización de Banco Popular también se está beneficiando de la mejora de la situación en Italia, donde todo apunta a que el centenario Monte dei Paschi será rescatado con una inyección de capital público de 2.000 millones. El Gobierno transalpino está maniobrando para que la solución no implique pasar por el fondo de rescate europeo y no tenga coste para los miles de inversores particulares atrapados en la entidad.
Banco Popular debe darse prisa en enderezar su rumbo ya que este optimismo en la banca europea podría no durar mucho, dando pie a los inversores bajistas a volver a tomar posiciones en los grupos financieros señalados en su diana.
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