Banca

El BCE estrechará la vigilancia sobre Unicaja en la 'batalla final' por el poder

Azuaga tiene menos de un año para dejar las funciones ejecutivas y buscar acomodo dentro de la entidad. Menéndez debe 'convencer' al consejo para conservar su puesto como CEO reforzado.

El Banco Central Europeo (BCE) no bajará la guardia sobre la gobernanza en Unicaja. Manuel Azuaga, presidente de Unicaja, tiene menos de un año para dejar las funciones ejecutivas, por lo que el BCE reforzará su supervisión en los próximos meses para que los movimientos dentro de la cúpula no acaben provocando un nuevo cisma en la entidad, según fuentes próximas a Frankfurt consultadas por Vozpópuli.

El último capítulo en la guerra por el poder tras la fusión con Liberbank se cerró antes de agosto. Unicaja anunció el nombramiento de Maite Costa como consejera independiente en sustitución de Ernesto Tinajero, que dimitió como dominical. Precisamente la negativa del empresario mexicano a ceder su silla en el máximo órgano de gobierno desencadenó la crisis de gobernanza tan solo unos meses después de la integración.

El BCE aún tiene que dar el visto bueno al nombramiento de Costa, muy vinculada al PSOE y que fue mano derecha del expresidente de la Generalitat José Montilla. A priori, el supervisor no pondrá objeciones a la nueva consejera independiente, según señalan fuentes financieras.

La crisis de gobernanza movió los cimientos del organismo con sede en Frankfurt, que empujó hasta el último momento para que Unicaja y Liberbank crearán el quinto banco español por activos. El cisma se originó cuando la familia Domínguez, propietaria de la empresa textil Mayoral, pidió entrar en el consejo tras la integración. Esta familia controla alrededor del 8% del capital.

El consejo de Unicaja no puede ampliarse a más de 15 miembros, como fijan los estatutos. La negativa de Tinajero, que tiene alrededor de un 3% del banco, precipitó la salida de tres independientes (Manuel Conthe, Ana Bolado y Manuel González-Cid). Todos ellos más cercanos a la antigua cúpula de Unicaja.

Ahora, se entrará en una fase decisiva para el futuro del banco fusionado. Azuaga tiene hasta "máximo" julio de 2023 para ceder sus poderes ejecutivos, que fue la condición clave que se pactó para desencallar la fusión. Incluso, según apuntan algunas fuentes, se intentó anticipar su salida aprovechando la crisis de los independientes. Cuando se anunció la integración, se daba por hecho que Azuaga permanecería como presidente institucional, pero las rencillas que han aflorado pueden dificultar esta opción.

Limar asperezas ante la mirada del BCE

Entre los puntos acordados para la fusión, las partes también acordaron que se revisaría el puesto de Manuel Menéndez como consejero delegado. El ex ejecutivo de Liberbank sometería a votación del consejo su renovación, pero ya con plenos poderes ejecutivos. Los bloques asturiano y andaluz tienen menos de un año para limar asperezas y buscar una solución de consenso, bajo la atenta mirada del BCE.

La batalla de poder propició la dimisión de Braulio Medel de la Fundación Unicaja, que es el máximo accionista de la entidad fruto de la unión con Liberbank, con alrededor de un 30% del capital. El histórico banquero, de hecho, fue uno de los que más defendió la fusión, a la que se opusieron desde un primer momento los ejecutivos de Unicaja. Sólo la pandemia, con las malas previsiones sobre el negocio bancario que luego no fueron tan catastrofistas, llevó a la cúpula del banco andaluz a aceptar una operación que había rechazado menos de dos años antes.

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