El Sabadell sacará toda su munición para dar la batalla a BBVA. El consejo del banco catalán prepara un “duro” informe contra el grupo de La Vela antes de que arranque la opa para advertir a sus accionistas sobre la pérdida de negocio, sobre todo de pymes, y la “alta probabilidad” de veto por parte de Moncloa a la fusión en caso de que triunfe la operación, según ha podido saber Vozpópuli de fuentes financieras.
Desde el Sabadell prefirieron no hacer comentarios al respecto. Este informe será clave para convencer sobre todo a los grandes accionistas, como BlackRock y Norges Bank, que han trasladado a la cúpula del banco que no han tomado aún una decisión en firme sobre si acudir o no a la opa.
El Banco Central Europeo (BCE) acaba de autorizar, con un informe de no objeción, la opa de BBVA. Pero la operación aún necesita la luz verde de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que no está claro si esperará al preceptivo dictamen de Competencia. Se estima que estas autorizaciones administrativas llegarán como pronto a finales de este año e incluso se pueden demorar a la primavera de 2025.
"BBVA pasaría a acaparar más del 24% de la cuota de pymes en España, con una alta concentración en Cataluña. No se descarta que la CNMC pueda obligar al grupo de La Vela a trocear este negocio para desbloquear la operación
Será en dicho momento cuando BBVA podría lanzar la opa formalmente y se abrirá un periodo de aceptación del canje propuesto (de una acción de BBVA por cada 4,83 acciones del Sabadell) de entre 15 y 70 días naturales. La opa está condicionada a obtener el respaldo del 50,01% de la base de accionista del banco catalán, con lo que el informe del consejo puede ser crucial para decantar la balanza hacia uno u otro lado.
El gran atractivo para BBVA de comprar el Sabadell reside en el negocio de pymes. Con su adquisición, pasaría a controlar más del 24% de la cuota de este segmento en España. Pero precisamente será uno de los argumentos que exprimirá la cúpula del Sabadell para tratar de tumbar la opa.
Avisos del CEO
“En el negocio de pymes uno más uno no son dos. Porque los clientes quieren tener varios bancos y los bancos no quieren prestarle todas las necesidades a un solo cliente. Ya se vio con la fusión del Popular en Santander”, avisó el consejero delegado del Sabadell, César González-Bueno, en una entrevista con este medio. Hay que recordar que Popular era el banco líder en pymes y su gran diferencial era este segmento de clientes, una situación similar a la del Sabadell.
Los directivos del Sabadell están incidiendo en esta advertencia en los encuentros con inversores. En una cita reciente con analistas de Barclays, Leopoldo Alvear, directivo financiero, advirtió de que no existen casi precedentes de fusiones que involucren a pymes, lo que, a su juicio, implicará un mayor escrutinio por parte de Competencia por la elevada concentración en este segmento.
La fusión, en caso de producirse, daría lugar a que los tres grandes bancos españoles (CaixaBank, Santander y BBVA) coparan entre el 70% y el 80% del negocio de pymes en Cataluña. Incluso en el Sabadell manejan encuestas internas en las que se pone de manifiesto que la mayoría de clientes, sobre todo pymes, dejarían de trabajar con la entidad en caso de que sea absorbida por el grupo de La Vela. El equipo directivo tampoco descarta que Competencia acabe imponiendo a BBVA la venta de partes de este negocio como condición a desbloquear la operación.
La interferencia de Moncloa
Este será otro de los flancos de la operación que el Sabadell atacará para torpedearla, junto con la “alta probabilidad”, según fuentes financieras, que otorga a que el Gobierno acabe frenando la integración. La reforma de la Ley de Supervisión Bancaria, aplicada en 2014 por el Ejecutivo de Mariano Rajoy, reserva al Ministerio de Economía el poder de veto como herramienta de supervisión sobre operaciones estratégicas. Esta prerrogativa se contempla en la disposición adicional decimosegunda de la Ley 10/2014, de 26 de junio, de ordenación, supervisión y solvencia de entidades de crédito.
Hasta que llegue este informe, el equipo directivo sigue tratando de convencer a los inversores de que tiene músculo suficiente como para seguir como entidad en solitario. En los recientes encuentros con Barclays, el director financiero apuntó a una nueva mejora del objetivo de dividendo en los próximos meses por el aumento de la rentabilidad. Tras la opa, el banco elevó esta promesa de repartir beneficios entre los accionistas de 2.400 a 2.900 millones en dos años.
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