Banca

La encrucijada del BCE: atajar rápido la inflación sin ahogar a las familias

El banco central se debate entre subir esta semana los tipos de interés hasta el 1% o el 1,25%, mientras el euríbor escala a máximos de una década

El Banco Central Europeo (BCE) está en una encrucijada. El banco central afronta una reunión clave esta semana en la que tendrá que hacer encaje de bolillos. Se debate entre acelerar el ritmo de las subidas de los tipos de interés para atajar más rápido la inflación descontrolada o hacerlo de forma gradual para no ahogar a las familias.

El mercado descuenta un aumento del precio del dinero del 0,5%, aunque ya hay bancos de inversión, como Bank of America, que prevén que la subida se acelere al 0,75%, lo que llevaría los tipos al 1,25%. Sin ir más lejos, varios miembros del Consejo de Gobierno del BCE se muestran favorables a apretar el acelerador para frenar la crisis de precios.

"El debate es muy complejo, pero la combinación de comunicaciones recientes junto con la sorpresa al alza de agosto, y especialmente en la inflación subyacente, significa que un movimiento mayor que el de julio ahora es marginalmente más probable", justificaban los analistas de Bank of America. Y es que la inflación no cesa: creció al 9,1% en la eurozona en agosto, más de lo esperado.

Necesitamos una fuerte subida de los tipos de interés en septiembre y los próximos meses", reclama el presidente del Bundesbank

En este sentido, la presión al BCE llega desde varios frentes, como reclamó la semana pasada el presidente del Bundesbank, Joachim Nagel. "Necesitamos una fuerte subida de los tipos de interés en septiembre y los próximos meses hay que contar con más movimientos (aumentos) de los tipos de interés", dijo. La inflación en el caso de Alemania rozó el 8% en agosto.

Pero el BCE es consciente de que ir demasiado lejos en las subidas puede tener consecuencias irreversibles para la economía. Y sobre todo, para las familias, que encaran la crisis de precios con un encarecimiento en la cuota hipotecaria tras el cambio de paso en la política monetaria, con la primera subida del precio del dinero en julio desde 2011. El aumento de los tipos, del 0,5%, fue además el mayor movimiento al alza en la zona euro en 22 años.

"Pasarán algo de dolor", advirtió al otro lado del Atlántico Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), a familias y empresas por el endurecimiento de la política monetaria para atajar la escalada incesante de precios. La FED se mantiene más agresiva que el BCE en su meta de devolver la inflación al objetivo del 2%, con varias subidas en apenas tres meses que han llevado el precio del dinero a una horquilla de entre el 2,25% y el 2,50%.

El euríbor a un año, que sirve de referencia para la mayoría de las hipotecas a tipo variable, cerró el pasado mes en el 1,25% y escaló a su mayor nivel desde mayo de 2012. Para un préstamo inmobiliario tipo de 150.000 euros a 30 años y con un diferencial del 0,99%, el rally del euríbor encarecerá la cuota en 120 euros mensual y unos 1.400 euros al año.

Pero esta subida en la cuota hipotecaria puede ir a más dependiendo de los mensajes del banco central. De momento, el mercado descuenta que el euríbor llegará al 2,5% en 2023, aunque algunas firmas de inversión, como Alantra, mantienen su previsión de que el ascenso se quedará en el 1,5%. Hay expertos que consideran que el BCE tarde o temprano tendrá que empezar a rebajar los tipos de nuevo cuando la economía entre en recesión.

¿Habrá recesión?

"Serán algunas semanas de recesión", calmó el economista jefe del BCE, Philip Lane. La ralentización de la actividad se da por segura y ahora el debate gira en torno a la severidad de la recesión. En cualquier caso, desde el banco central se descarta una caída del PIB de la zona euro como la de la crisis de 2008.

Lane precisamente defiende un ritmo de subida de tipos "ni demasiado lento ni demasiado rápido", que se interpreta en el sector financiero como una posición a favor de dejar el aumento del precio del dinero en otro 0,5% en la reunión de esta semana. La cita del BCE será clave para hacer más duro o no un otoño tensionado por la crisis de los precios energéticos.

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