La economía española se encamina a su segundo año consecutivo perdiendo competitividad. La inflación está descontrolada y escaló al 10,8% en julio, su nivel más alto en 38 años y por encima de los grandes países europeos, como Alemania, Francia o Italia. Se trata de un factor clave para España, que ha empeorado su posición para competir respecto a la zona euro, la Unión Europea de los 27 y los grandes países desarrollados.
Los índices de competitividad de España superan los 108,08 puntos básicos de media en lo que va de año frente a los países que conforman la moneda común, según los últimos datos disponibles del Banco de España correspondientes a julio. De esta forma, la economía española encadenaría dos años consecutivos cediendo en competitividad respecto a la zona euro. Dos de los tres primeros ejercicios de la segunda Legislatura de Pedro Sánchez.
Lo mismo ocurre con la posición competidora frente a otras áreas de influencia, como la Unión Europea y las principales economías desarrolladas, que suman a las potencias europeas otros países como Estados Unidos, Japón, Reino Unido y Nueva Zelanda. En estos casos los índices alcanzan, de momento, una media de 105,5 y de 109,03 puntos básicos, respectivamente.
"Todos tenemos que apretarnos el cinturón"Margarita Delgado, subgobernadora del Banco de España
Este tipo de índices, sobre una base de 100, refleja la situación relativa de precios o costes de la economía española con respecto a distintas áreas económicas. Las ponderaciones de cada país recogen las estadísticas sobre el comercio de manufacturas y de servicios de España con esos países teniendo en cuenta la evolución de los precios de consumo (IPC) y los costes laborales totales.
Es previsible que la tendencia que relega a España en competitividad se mantenga en los próximos meses por los niveles excepcionalmente altos de inflación. De hecho, el Gobierno asume que el deflactor del consumo, que es la previsión más parecida de inflación, se situará en el 7,8% este año desde el 6,1% que estimaba en abril. Un ligero respiro sobre el nivel de precios actual, pero que con casi toda probabilidad superaría a las grandes economías en Europa.
El peso de la crisis de precios en la competitividad
La Comisión Europea, sin embargo, revisó al alza en julio la inflación prevista en España para 2022: ahora espera un IPC del 8,1%, frente al 6,3% que calculaba en mayo. Pero alargó la crisis de precios más allá y espera que la subida media prevista para 2023 se sitúe en el 3,4%, cuando unos meses antes preveía un 1,8%. En un sentido parecido se ha pronunciado la OCDE, que anticipa una inflación media del 8,1% para 2022, que se moderará ligeramente al 4,8% al año siguiente.
"Todos tenemos que apretarnos el cinturón", instó Margarita Delgado, subgobernadora del Banco de España, en una entrevista publicada en la revista Telva ante el descontrol de los precios. La subgobernadora aboga por un pacto de rentas, tanto salarios públicos como privados, "cuanto más amplio mejor, de todos los agentes sociales".
Pacto de rentas
"Este pacto debería evitar que se desencadene una espiral inflacionista que se realimente en precios y en costes. En definitiva, todos tenemos que apretarnos el cinturón. Si no lo conseguimos entraríamos en una espiral inflacionista con perniciosas consecuencias para el crecimiento económico del futuro", advirtió. Para el Banco de España, la inflación cerrará este año en una media del 7,2%.
La crisis de precios no sólo amenaza la competitividad de la economía española. Los tambores de recesión económica cada vez suenan con más fuerza, aunque el Banco de España descarta de momento una recesión en España "en el horizonte inmediato".
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