El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) sentencia el futuro en bolsa de la banca española. Las principales entidades españolas se hunden hoy hasta un 10% en el parqué después de que el tribunal de Luxemburgo haya tomado dos decisiones clave en su contra: la retroactividad total de las cláusulas suelo, cuya factura asciende a entre 5.000 y 7.000 millones; y el fin a una bonificación fiscal por compras en el extranjero, con la que se jugaban 8.000 millones.
La noticia ha supuesto de inmediato un mazazo bursátil para bancos como Liberbank, Popular, Sabadell y CaixaBank, los más expuestos a las cláusulas suelo. A los pocos minutos de conocerse la sentencia, la entidad dirigida por Manuel Menéndez caía en bolsa cerca de un 12%. Popular sufría un desplome de cerca del 8%. Y Sabadell y CaixaBank se dejaban en torno a un 6%. En el caso de BBVA y Bankia, el retroceso bursátil es más moderado, de menos del 3%.
Estas caídas llegan ante la inesperada sentencia europea, ya que tanto banqueros como inversores habían descontado un fallo a favor de los bancos durante los últimos meses, sobre todo a raíz del escrito del Abogado de la UE.
Los entre 5.000 y 7.000 millones que costará a las entidades la retroactividad total de las cláusulas suelo llegan en el peor momento. Los bajos tipos de interés y el vendaval regulatorio que están sufriendo ya tienen la rentabilidad del sector por los suelos. Por ello, se espera que la sentencia acelere las fusiones entre los grupos financieros más impactados.
Al margen de las entidades cotizadas, toda la atención está puesta sobre los grupos medianos procedentes de las cajas. Principalmente la de los reguladores. Entidades como Unicaja, Kutxabank (Cajasur), Abanca, Cajamar e Ibercaja están también impactadas por la sentencia. Al no tener negocio internacional con el que compensar la factura, el golpe puede ser peor para estas entidades.
Otro golpe
Más allá de las cláusulas suelo, el Ibex 35 ha recibido hoy otra mala noticia de Luxemburgo. El TJUE ha fallado también en su contra por las bonificaciones fiscales en el extranjero, con la que las principales empresas españolas, entre las que destaca Banco Santander, se jugaban 8.000 millones de euros, según Expansión. Esta disputa viene de hace siete años.
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