Banca

Los extranjeros se alejan de las Letras: su inversión se desploma a mínimos de una década

El fervor de las familias por la deuda pública a corto plazo provoca un cambio de tendencia en la nacionalidad de los tenedores.

Las Letras están de moda. Pero el fervor de los particulares contrasta con una tendencia paralela que ha quedado eclipsada: la inversión de extranjeros se ha desplomado a mínimos de una década. Los no nacionales tienen en sus manos 23.540 millones de euros en deuda pública del Estado a corto plazo, en nivel más bajo desde septiembre de 2012, meses después del rescate de la Unión Europea para sanear el sector financiero español.

Los extranjeros se mantienen, no obstante, como los grandes tenedores de Letras, con casi el 33% de la cartera de este tipo de deuda, según los últimos datos disponibles del Tesoro Público, correspondientes a mayo. Ahora bien, hace un año, atesoraban 48.584 millones y representaba el 62,9% del total de Letras. El peso de la inversión extranjera llegó a concentrar el 75,5% de las Letras españolas en 2019.

Los grandes bancos como Santander, BBVA y CaixaBank se resisten a pagar por los depósitos, pese a que el precio del dinero oficial ha aumentado en 425 puntos básicos en el último año. Esta inapetencia provocó colas a inicios de año en las sedes del Banco de España para comprar letras.

"La rentabilidad de las Letras supera el 3%, aunque en la última subasta cayó con fuerza ante la expectativa de que el BCE inicie una pausa en el aumento de los tipos

Una imagen desconocida en la era internet y que anticipaba el fervor de los ciudadanos, que ya controlan casi 15.000 millones en deuda del Estado a corto plazo, el 20,9% del total, superando la tenencia de bancos (19,19%) y del BCE (1,13%).

Rentabilidad atractiva ante la falta de depósitos

Sin ofertas en el escaparate de los grandes bancos, las Letras ganan atractivo con un rendimiento superior al 3%. El apetito de los particulares se mantiene, pese a que en la última subasta del Tesoro la rentabilidad bajó con fuerza. El mercado empieza a descontar que el BCE hará una pausa en el ciclo histórico de aumentos del precio del dinero, lo que ha pesado en el interés de la deuda pública a corto plazo.

El Tesoro colocó el pasado martes casi 4.850 millones en Letras a un año y a seis meses. El tipo de interés marginal en el primer caso cayó con fuerza al 3,682% desde el 3,804% de la subasta anterior. En los títulos a seis meses, la rentabilidad se mantuvo casi inalterada: en el 3,665%, frente al 3,629% anterior.

La inflación afloja, pero sigue creciendo

En cualquier caso, una buena opción para batir la inflación, que modera su crecimiento en los últimos meses. En julio, el IPC se situó en el 2,3%, cuatro décimas más que en junio y por encima del objetivo sacrosanto de los bancos centrales.

Aunque la previsión de la mayoría de expertos es que acabe el año en el entorno del 5% tras el denominado ‘efecto base’ (comparar los meses de mediados de este ejercicio con los niveles récord alcanzados en 2022 tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia).

El primer tenedor de las Letras del Tesoro siguen siendo los inversores extranjeros, pese a recortar a la mitad su apuesta por este tipo de productos. Ahora, prefieren invertir en deuda pública a medio y largo plazo, como los bonos y obligaciones. En ambos productos atesoran 473.841 millones, alrededor del 40% del total y en línea con los últimos años.

El BCE, en pleno repliegue de la compra de deuda pública, controla todavía el 35% de los bonos y obligaciones del Estado, con una inversión de casi 412.000 millones. En el caso de los bancos, que están aprovechando el rally de tipos para mejorar las cuentas, atesoran 152.000 millones, el 13% del total, y más de 12.000 millones que un año antes.

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