La situación de Banco Popular traspasa nuestras fronteras. La entidad presidida por Emilio Saracho está bajo el foco del Frob europeo, como se supo este miércoles, y también del Fondo Monetario Internacional (FMI). El organismo liderado por Christine Lagarde tiene en sus manos los resultados de la última visita a la banca española, en los que Banco Popular suspende, según distintas fuentes próximas al Banco de España consultadas por Vozpópuli.
Estos resultados son fruto del examen que el FMI hace cada cinco años alternativamente a la banca de distintos países. Este test es conocido como FSAP (por sus siglas en inglés), para el que un equipo nutrido del organismo vino a España entre marzo y abril y se reunió con los principales responsables del sector. Para apoyar sus conclusiones en números, el FMI realizó un test de estrés interno con datos recabados del Banco de España, estresados con unos parámetros que según las fuentes consultadas fueron bastante exigentes.
Según las mismas fuentes, Popular no superó los umbrales marcados por el FMI en los dos escenarios planteados, el base y el adverso. Así fue al menos según los primeros borradores cruzados entre el organismo y los reguladores españoles. Desde Popular reconocen que se reunieron con el FMI durante unos 40 minutos y matizan que este organismo no les pidió ningún tipo de cifra para examinarles.
Preguntados por esta información, desde el FMI señalaron que "el FSAP es una evaluación sobre la estabilidad financiera y los riesgos sistémicos y no produce informes o análisis de entidades individuales. El trabajo sobre el FSAP de España sigue en curso. Las conclusiones preliminares se conocerán a mediados de julio". No niega de esta forma que se hayan hecho análisis internos, su resultado y que el foco del borrador del informe esté sobre Banco Popular.
El precedente de Bankia
Desde el primer borrador las cifras pueden variar porque el cruce de datos detecte algún tipo de error. Aunque el hecho de que Popular haya suspendido inicialmente el escenario base convierte a esta entidad en el foco de preocupaciones del FMI.
Los resultados concretos de las entidades no se darán a conocer cuando se presente el informe, algo previsto para mediados de julio, ya que son para uso interno de los expertos del organismo. Pero el FMI aprovecha sus documentos para indicar cómo ve al sector a tenor de los datos obtenidos en el test de estrés.
Así ocurrió en 2012 con Bankia. Al igual que ahora, los cálculos internos del FMI no se hicieron públicos y en su informe no señaló ninguna entidad concreta. Pero no hizo falta, ya que una referencia indirecta agravó la crisis de la entidad entonces presidida por Rodrigo Rato.
"Con el fin de preservar la estabilidad financiera, es esencial que estos bancos [en referencia a dos anónimos], y en particular el de mayor tamaño, tomen medidas rápidas y decisivas para fortalecer sus balances y mejorar su gestión y su gobierno corporativo", exponía el informe. Sin mencionar a Bankia, aceleró la nacionalización de la entidad.
Este factor suma una nueva presión que tiene que afrontar Saracho dentro de la búsqueda de una solución para Popular, que a tenor de las palabras del Frob europeo pasan por una venta a uno de sus competidores o un posible plan de resolución. La entidad sigue trabajando en el plan B (la ampliación de capital) aunque la presión en bolsa complica esta vía.
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