Toca volver a esperar. Los fondos de capital riesgo están frenando la compra de empresas en España en los últimos meses por la alta incertidumbre económica y trasladan el 'asalto' a las operaciones a los primeros meses de 2023, según distintas fuentes financieras consultadas por Vozpópuli. Existe la convicción entre los responsables de activar las inversiones de que los precios están inflados y de que podrán cerrar transacciones más atractivas y rentables si esperan un tiempo prudente, sobre todo en el segmento de compañías familiares, que suelen ser más reacias en reflejar la situación real de la economía.
"Hay mucha incertidumbre por la guerra, pero las oportunidades llegarán", señalan fuentes próximas a uno de los grandes fondos internacionales, que lleva tiempo buscando en España activos para invertir. Existen movimientos, como el acercamiento de Apollo para hacerse con los terrenos del Mestalla o la subasta abierta por Cerberus para vender Haya Real Estate, pero la sensación generalizada entre la banca de inversión es que en algún momento se acelerarán las operaciones corporativas por la caída de los precios.
La llave, como coinciden distintas fuentes financieras, será cuando se despeje el contexto inflacionista. De momento, parece que el descontrol de precios ha tocado techo, como indican los últimos datos en Europa, y la amenaza de recesión económica parece descartarse en España, como indican las previsiones actualizadas del Banco de España y de servicios de estudios de referencia, como el de BBVA.
Lo cierto es que la ventana de oportunidad, como señala un responsable de operaciones corporativas de una consultora internacional, se ha trasladado del otoño a los primeros meses de 2023. Las decisiones se posponen también muy condicionadas por los pasos que tomará el Banco Central Europeo (BCE) en su última reunión del año, prevista para el 15 de diciembre.
El BCE ha subido los tipos tres veces desde julio y ha llevado el precio del dinero al 2%, máximos desde 2009, en su cruzada contra la inflación descontrolada. El mercado anticipa que volverá a elevar los tipos la próxima semana, aunque se considera que podría aflojar el ritmo para evitar la caída en recesión.
Desajuste entre la parte compradora y vendedora
La lucha por devolver la inflación a niveles del 2% está, de hecho, encareciendo la financiación de las operaciones, a lo que hay que añadir una prima por la gran incertidumbre. Estos dos condicionantes se comportan como los grandes frenos para la compra de empresas, como indican las fuentes consultadas. "Hay apetito y liquidez, pero no a los precios actuales", insisten desde un banco de inversión.
Las operaciones corporativas que se quedan estancadas se dan en todo tipo de sectores. Desde la venta de la antigua CLH hasta la depositaria de BBVA. Esta última estaba llamada a ser la gran operación financiera del año, por la que se interesaron gigantes como BNP o State Street. Pero las ofertas a la baja dieron al traste con la transacción. Silver Lake, uno de los grandes fondos de Silicon Valley, lleva tiempo rastreando España, sobre todo con el foco puesto en el sector financiero, pero sigue sin encontrar grandes oportunidades de compra.
La resistencia de las empresas familiares
Las mayores reticencias se dan, como suele ser habitual en periodos de incertidumbre como el actual, en las posibles compra-ventas de empresas familiares. En este caso, se han aplazado acuerdos prácticamente cerrados por la rebaja de las ofertas para reflejar los costes más elevados de financiación y las dudas sobre la situación real de la economía.
"Los fondos están presionando con ofertas a la baja para comprar empresas familiares, que se resistirán a vender a unos precios mínimos a no ser que tengan necesidades urgentes", indica un especialista en transacciones de este tipo.
La realidad es que las expectativas de compra y de venta están provocando un desajuste en las operaciones. Los fondos están convencidos de que en los primeros meses del próximo ejercicio las dificultades económicas por la combinación de una inflación todavía elevada y una política monetaria menos flexible acabarán con la resistencia de los precios de venta. Detectar el momento oportuno marcará el éxito de cada operación.
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