Ibercaja se agarra a su plan alternativo. El banco apuesta por dotar un fondo de reserva antes del plazo previsto para 2025 como prioridad a su salida a Bolsa a corto plazo y descarta por completo una fusión con otra entidad. La cúpula garantiza que tiene músculo suficiente para que la Fundación, que controla alrededor del 88% del banco, constituya antes de tiempo esta 'hucha', que asciende a 325 millones de euros.
"La salida a Bolsa para nosotros no tiene sentido hoy. No tenemos necesidad", aseguró ayer Víctor Iglesias, consejero delegado de Ibercaja. En junio, el banco pactó con el Banco de España una solución híbrida: dotar el fondo de reserva con el compromiso firme de saltar al parqué. Pero Iglesias sugirió que el plan B se ha convertido en el A.
La guerra continúa y una de sus consecuencias es que los mercados no están preparados para la salida a Bolsa durante bastante tiempo"Víctor Iglesias, consejero delegado de Ibercaja.
La cúpula se marcó en rojo el 11 de febrero como fecha para el debut bursátil tras varios intentos, pero el inicio de la guerra en Ucrania dio al traste con la operación por la alta volatilidad. "La guerra continúa y una de sus consecuencias es que los mercados no están preparados para este tipo de operaciones durante bastante tiempo", argumentó el consejero delegado de Ibercaja ayer durante el acto de renovación de la alianza estratégica con Microsoft.
La apuesta es clara. En apenas año y medio, la Fundación ya ha cubierto el 40% del fondo para hacer frente a situaciones de crisis. Un ritmo acelerado que permitirá cumplir con la alternativa a la salida a Bolsa "mucho antes" de lo pactado con el Banco de España, como dijo ayer el consejero delegado. "La salida a Bolsa se podría estudiar más adelante y con una valoración adecuada", dejó abierta la puerta Iglesias.
Pero el optimismo de la cúpula por el plan B fue más allá. El consejero delegado de Ibercaja garantizó que la hucha se cubrirá "en cualquier situación", sin temer la amenaza de recesión ni el impacto del 'impuestazo', que podría costar al año al banco unos 100 millones, según fuentes financieras.
Ibercaja reivindica que el tamaño no es "imprescindible"
"Hemos vivido el peor escenario real con los tipos negativos durante años", defendió Iglesias, que cerró la puerta a cualquier operación corporativa para ganar tamaño. "El tamaño no es imprescindible para competir en banca comercial. Tenemos el tamaño mínimo", reivindicó. El consejero delegado de Ibercaja apoyó su argumento en el Banco Central Europeo (BCE), que en sus estudios internos "no ha encontrado correlación entre tamaño y rentabilidad", apuntó.
Pese al cambio de rumbo del BCE, que ha subido el precio del dinero al 1,25% y prevé encarecerlo más para atajar la inflación, la entidad mantendrá los objetivos financieros del plan estratégico hasta 2023, con la meta de alcanzar una rentabilidad sobre patrimonio tangible, conocida como Rote, del 9%, con lo que cubriría el coste del capital.
También prevé reducir la tasa de activos improductivos por debajo del 4%. Aunque la cúpula apuntó a un cambio en la estrategia comercial para adaptarse al nuevo entorno de tipo, lo que sugiere novedades en productos como las hipotecas, fondos y depósitos.
Una de las claves será la transformación digital. La entidad ha registrado 13,1 millones de operaciones menos en oficinas en los últimos seis años. Los depósitos, por ejemplo, en metálico realizados en las sucursales se han desplomado un 73%. Ibercaja tiene alrededor de 900 oficinas en España y descarta hacer grandes ajustes en los próximos "dos o tres años", garantizó Iglesias. El banco pactó un ERE en 2020 para la salida de 750 empleados, alrededor del 15% de la plantilla, y el cierre de unas 200 sucursales.
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