Banca

La cancelación de hipotecas se dispara al nivel más alto desde 2008

La permanencia de altos tipos de interés durante más tiempo del previsto dispara la amortización de préstamos hipotecarios

El sector inmobiliario no vive sus mejores días en 2024. En los cuatro primeros meses del año, se han realizado 205.106 operaciones de compraventa de vivienda, según la estadística de transmisiones de derechos de la propiedad que elabora mensualmente el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es casi la misma cifra que en el mismo periodo del año, que padeció las primeras consecuencias del cambo de rumbo de la política monetaria del Banco Central Europeo, en el verano de 2022. Tampoco le va bien a la concesión de hipotecas, elemento imprescindible para llevar a cabo la compra de una vivienda.

De acuerdo con las últimas cifras publicadas por el INE, entre enero y abril de este año se han formalizado 18.487 operaciones de préstamo hipotecario, lo que supone un descenso del 3,77% en términos interanuales. La permanencia de los altos tipos de interés durante los últimos quince meses (el próximo día 27 se cumplirá el segundo aniversario del final del dinero gratis, con la primera subida de tipos decretada por el BCE desde hacía once años), la resistencia de una inflación por encima de lo deseable y la previsión de que no habrá tantas bajadas del precio oficial del dinero como se preveía a principios de año han coincidido en tiempo y ahora y han disparado la cancelación de hipotecas.

De acuerdo con los últimos datos facilitados por el INE, en los cuatro primeros meses de este año se ha procedido a la cancelación de 152.063 préstamos para la compra de una vivienda, lo que supone un crecimiento del 3,5% en relación con el mismo periodo de año anterior, pero, lo que es más importante, superan en un 13,24% el número de hipotecas concedidas. Entre enero y abril, según el INE, se suscribieron un total de 134.277 préstamos para la compra de una vivienda.

La cancelación de una hipoteca es el trámite necesario que hay que realizar cuando se termina de pagar el préstamo. Satisfacer la última cuota de éste solo significa que la deuda con la entidad financiera que ha prestado el dinero ha quedado liquidada. Pero para que la vivienda quede libre de cargas hay que llevar a cabo la cancelación en el Registro de la Propiedad.

A lo largo del pasado año se terminaron de pagar 431.283 hipotecas para vivienda, un 9,44% más que en el año anterior y un 13,2% por encima de los préstamos que se suscribieron. Todo hace indicar que si en todo 2024 se mantiene el ritmo de cancelaciones del primer cuatrimestre, a finales de año se habrán superado las 460.000, una cifra que no se registraba desde el año 2008, cuando estalló la crisis financiera internacional. 

Si en todo 2024 se mantiene el ritmo de cancelaciones del primer cuatrimestre, a finales de año se habrán superado las 460.000 , una cifra que no se registraba desde el año 2008, cuando estalló la crisis financiera internacional

Las cancelaciones hipotecarias llevan tres años de crecimiento continuado, tras la caída que se produjo en 2020 como consecuencia de la incertidumbre económica creada tras la irrupción de la pandemia. Ese año el desplome fue del 18,4%, desde cerca de 341.000 operaciones hasta 278.000. En apenas tres años el aumento de este tipo de operaciones ha sido del 55,16%.

La suscripción de préstamos hipotecarios o su cancelación definitiva están íntimamente ligadas a la situación de la economía real y al nivel del precio oficial del dinero que aprueban los diferentes bancos centrales. Durante los años gloriosos de la economía española, los del 'boom' inmobiliario, la firma de préstamos hipotecarios llegó a duplicar el número de operaciones de cancelación. En el año 2007, un año antes de la quiebra de Lehman Brothers, se llegaron a firmar 1,238 millones de hipotecas para la compra de una vivienda y se amortizaron 640.693, un 48,3% menos. En ocho de los doce meses del año se llegaron a superar las 100.000 operaciones en cada uno de ellos. El récord mensual de hipotecas suscritas se alcanzó en septiembre de 2005, con 129.128 firmas.

En estos años de pujanza del PIB y hasta 2011, antes de que se desatara la crisis de la deuda soberana en los países del sur de Europa, se concedieron muchas más hipotecas de las que se cancelaron. En 2012, con la banca española rescatada parcialmente por la Comisión Europea y el FMI, la situación cambió radicalmente. La economía entró en una espiral negativa, el paro se disparó y se empezaron a cancelar más hipotecas que a firmarse.

Por qué se cancelan tantas hipotecas

¿Por qué se está poniendo de moda la cancelación de hipotecas? Porque los tipos oficiales del dinero en la Eurozona están en el 4,25%, tras la rebaja de un cuarto de punto en junio pasado, y nadie espera que el Banco Central Europeo estudie una nueva bajada hasta el mes de septiembre, como pronto. En Estados Unidos, la Reserva Federal ha reducido a uno más sus movimientos descendentes del precio del dinero.

Con estas perspectivas de futuro que se reflejan en la marcha del euríbor, los ciudadanos han apostado por seguir reduciendo su deuda bancaria y quienes lo han hecho por cancelar los más rápidamente posible la hipoteca. Y es que el euríbor cerró junio en el 3,650%, frente al 3,679% de diciembre de 2023.

Así el saldo vivo de los créditos para la compra de vivienda (la deuda de las familias con las entidades financieras por los préstamos hipotecarios) se ha situado a finales del mes de mayo en 493.352 millones de euros. Un año antes estaba en 501.546 millones, casi 8.200 millones menos. Hace diez años, en 2014, la deuda hipotecaria de las familias era de 599.363 millones de euros, aunque su nivel máximo se alcanzó en diciembre de 2010, con 656.854 millones, 163.502 millones más que en la actualidad (+33,14%).

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