No está todo dicho en Telefónica. El repentino y sorpresivo desembarco de Arabia Saudí en el capital de la teleco ha movido los cimientos empresariales y ha provocado un profundo malestar entre el núcleo duro de accionistas españoles: CaixaBank y BBVA, que entre ambos suman algo más del 10%. No sólo porque las cúpulas de los bancos no estaban al tanto del desembarco saudí, sino porque además Saudi Telecom Company (STC) tomará el 9,9%, cerca de romper el 'dominio español'.
Y cuestionar el núcleo duro de accionistas españoles en una compañía estratégica como Telefónica está agitando el mundo empresarial. Desde hace días, en los círculos financieros y empresariales se propaga la posibilidad de que surja un golpe de efecto que frene a Arabia, según distintas fuentes financieras consultadas por Vozpópuli. Se busca una suerte de 'caballero blanco' que socorra al 'bloque nacional' en Telefónica ante el asalto saudí. Es como se le conoce en el argot empresarial a una empresa o a un grupo de inversores al que recurre otra compañía a la que han lanzado una OPA hostil para que contraataque con otra oferta mejor.
El caso de Telefónica es muy distinto, pero no deja de correr entre la banca de inversión y el mundo empresarial la idea de que grandes inversores nacionales se mueven para intentar reforzar la posición española en la teleco, como señalan distintas fuentes financieras.
Antiguos altos directivos de Telefónica no descartan este tipo de movimientos para recuperar el poder nacional. BBVA y La Caixa llevan casi 30 años en el capital de la teleco
Incluso antiguos altos directivos de Telefónica, más próximos a la era de César Alierta, consideran que un 'movimiento nacional' no sería descartable si finalmente el Gobierno autoriza la operación. "No me sorprendería en absoluto. Se abren muchas dudas de por qué la acción no ha subido casi tras la llegada saudí. ¿Es un movimiento político o en qué se basa la inversión de STC?", se pregunta un exalto ejecutivo de Telefónica que pide el anonimato.
El efecto en Bolsa se diluye
Desde el 5 de septiembre, cuando al cierre de mercado se anunció la operación, Telefónica se ha revalorizado un 2,4% desde los 3,75 euros. Aunque el efecto saudí se ha desinflado, después de que la acción superara los cuatro euros a mediados de septiembre.
CaixaBank controla un 3,5% de Telefónica, a lo que hay que sumar algo más del 2% a través de Criteria, el brazo inversor de la Fundación La Caixa, el principal accionista de la entidad bancaria. BBVA, por su parte, declara un 4,85%. Ambas entidades están en el capital de la teleco desde hace casi 30 años y se sientan en el consejo con sendos vicepresidentes: Isidro Fainé, en representación de CaixaBank; y José María Abril, alto directivo de BBVA.
"La entrada sorpresiva en la compañía no es siempre la mejor manera", criticó en público el consejero delegado de CaixaBank en un foro repleto de banqueros y autoridades
Hay mucho ruido en torno a una 'Operación de Reconquista' en Telefónica. Se apunta a antiguos directivos de Telefónica y a fondos dirigidos por reputados banqueros de inversión con vínculos con la teleco. "Está circulando la posibilidad de que surja un grupo de inversores para proteger los intereses nacionales. Pero es un movimiento muy difícil de ejecutar", indica un alto ejecutivo de un banco de inversión internacional. Otras fuentes consideran que se trata de una acción "intencionada" para presionar al Gobierno.
El enfado de Fainé
Fainé, vicepresidente de Telefónica desde 1994, encarna el enfado que ha suscitado el inesperado desembarco saudí. Hasta el punto de que se ha enturbiado la relación que mantenía con José María Álvarez-Pallete, presidente de la teleco. Un malestar que tuvo su momento álgido el pasado lunes en un foro financiero repleto de banqueros y autoridades de la supervisión.
Gonzálo Gortázar, consejero delegado de CaixaBank, criticó abiertamente que la "sorpresiva" entrada saudí generara "más polvareda" de lo deseado. "No es siempre la mejor manera de entrar", afirmó sin ambages. Una queja en público para dejar constancia del malestar de Fainé, como interpretan fuentes próximas a la entidad catalana.
En el otro gran banco rezuma también descontento ante la mayor operación empresarial del año. Así lo demuestra el hecho de que José María Álvarez-Pallete llamara por teléfono a Carlos Torres, presidente de BBVA, "poco antes" de que el grupo STC comunicara el desembarco a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMC), según fuentes conocedoras.
Se espera que en los próximos días los saudíes pidan de forma oficial al Gobierno ejecutar la compra. A partir de ese momento, el Ejecutivo tiene tres meses para decidir si da luz verde a la operación en la teleco, que cuenta con numerosos contratos con el Ministerio de Defensa.
Pedro Sánchez, presidente en funciones, ha prometido en público a los empresarios que "protegerá los intereses nacionales". Habrá que ver si llega la autorización final y si acaba destapando los movimientos empresariales soterrados para contener a los saudíes.
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