Un aliado indirecto e inesperado para el Gobierno. Los bancos se lanzarán a comprar más deuda pública del Estado antes de las elecciones generales, previstas para finales de 2023, para beneficiarse de las subidas históricas de los tipos de interés. Ante la previsible escasez del negocio crediticio, las entidades engordarán su inversión sobre todo en letras y bonos españoles a corto plazo como alternativa, según descuentan distintas fuentes financieras consultadas por Vozpópuli.
A febrero de este año, los bancos atesoraban 173.896 millones en deuda soberana, según los últimos datos disponibles del Tesoro Público. Supone un aumento de 28.541 millones respecto al mismo mes de 2022. Y los equipos de tesorería de los bancos dan por hecho que seguirán invirtiendo en bonos y letras del Estado para aprovechar el rally de tipos.
Sin ir más lejos, el Estado se encamina a pagar este año la mayor factura por la deuda pública desde 2011, antes de la crisis de deuda soberana y del rescate solicitado a la Unión Europea de 43.000 millones de euros para sanear el sector bancario.
El BCE es el gran tenedor de deuda pública, con más de 400.000 millones. Pero replegará este año dentro de su política monetaria restrictiva para frenar la escalada de precios en Europa"
En la última subasta, el Tesoro pagó un interés récord para colocar letras a tres meses: un tipo medio del 3,09% TAE, máximos desde noviembre de 2011. Y la atractiva rentabilidad puede seguir al alza en los próximos meses si el Banco Central Europeo (BCE) aprieta el acelerador para doblegar la inflación, que repuntó en abril al 7% en la zona euro.
Con el 'impuestazo' al sector de trasfondo, la banca congeló la compra de deuda pública española durante tres meses. Entre agosto y octubre de 2022, mantuvieron la inversión en 166.000 millones. Pero las atractivas rentabilidades han vuelto a situar la deuda pública como una inversión segura.
Diferencias con el Silicon Valley Bank
El momento actual dista mucho del sufrido por Silicon Valley Bank (SVB). El banco regional de Estados Unidos, que extendió el fantasma de la crisis financiera de 2008 a todo el mundo, quebró al tener muy concentrado su balance en deuda pública (casi el 60% de los activos). Y además jugó en su contra el cambio de ciclo de la Reserva Federal, que inició una fuerte subida de tipos en la primavera de 2022 para combatir la inflación.
El riesgo latente en la banca española es mucho menor, al acumular minusvalías de unos 15.000 millones de euros por su cartera de deuda soberana, sobre todo, del Estado español, según datos facilitados por PwC.
Ahora, las entidades invertirían en letras y bonos pero sobre todo a corto plazo, como indican fuentes próximas a los bancos. En comparación con el SVB, en la actualidad la cartera de deuda española de los bancos tiene una vida media de cuatro años, frente a los diez años de media con los que contaba la del SVB.
Repliegue del BCE
La apuesta de los bancos coincidirá con el repliegue del BCE para comprar deuda pública. Desde marzo está recortando su balance a un ritmo de 15.000 millones al mes. Estaba previsto que se mantuviera esta reducción hasta finales de junio, pero en la última reunión de política monetaria de mayo decidió acelerar y suspender por completo su programa de reinversión en bonos soberanos. El BCE es el gran tenedor de bonos y obligaciones de España, con casi 410.000 millones.
Pero aunque el sector financiero empiece a dar el relevo al Eurobanco de forma indirecta, será a costa del aumento de los intereses. La factura, de hecho, se puede disparar por encima de los 40.000 millones sólo en intereses en 2025 si el BCE no logra devolver del 7% al 2% la inflación en el medio plazo y tiene que seguir elevando el precio del dinero. El Banco de España calcula que un alza de los tipos en un punto porcentual por encima del escenario base, que ahora mismo contempla que los tipos no vayan más allá del 4%, elevaría la carga de intereses al 3,1% del PIB en dos años.
"Hay que elevar las tasas de interés a un nivel suficientemente restrictivo y mantenerlas en ese nivel durante el tiempo que sea necesario", advirtió el pasado viernes Isabel Schnabel, miembro del Comité Ejecutivo del BCE.
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