El Banco de España tendrá un gobernador de perfil político. Pedro Sánchez ha impuesto al todavía ministro para la Transformación Digital, José Luis Escrivá, al frente del Banco de España. Una decisión rechazada de plano por el PP y que rompe la regla no escrita de pactar la cúpula de la institución con el principal partido de la oposición. Y que también chocará contra el criterio del Banco Central Europeo (BCE) de que los distintos gobiernos de la Unión Europea se comprometan a “no tratar de influir” en los bancos centrales de sus países.
“Sin duda se debilita la institución al no ser un nombramiento pactado con la oposición. Da la sensación de que en España se reparten los cargos en función de quién gobierne”, advierte un alto cargo del BCE que pide el anonimato.
Pero en el seno del supervisor único, que se encarga de vigilar directamente a los bancos más grandes de España, son conscientes de que no tienen competencias para frenar el nombramiento de Escrivá. “El BCE no va a poder hacer nada”, se resignan fuentes próximas a Fráncfort, sede de la institución.
Como publicó este medio el 17 de julio, el salto desde el consejo de ministros chocará con los acuerdos de la Unión Europea, que obligan a los gobiernos a “no tratar de influir” en los distintos bancos centrales de cada país, como pone de manifiesto el supervisor único. Así consta en una reciente opinión emitida por el BCE ante la intención del Gobierno de Bulgaria de nombrar al gobernador de su banco central como primer ministro interino.
Contraviene el Tratado de la UE
En dicha opinión, el supervisor utilizaba un argumento de peso perfectamente aplicable al caso del nombramiento de Escrivá. En un apartado específico sobre la independencia institucional, el BCE lanzaba como advertencia general que el artículo 130 del Tratado de la Unión Europea recoge que los países comunitarios se comprometen a “no tratar de influir” en los bancos centrales.
La decisión de nombrar a un gobernador con un perfil tan marcado políticamente fue criticada por el propio Sánchez antes de llegar a La Moncloa. Como candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, admitió que fue un “error” colocar a Miguel Ángel Fernández Ordóñez al frente del Banco de España.
"En el seno del BCE se marca distancias con otros casos en Europa, porque el Banco de España tiene competencias para valorar las políticas económicas del Ejecutivo
MAFO, como era conocido en el sector, había sido antes secretario de Estado de Hacienda con Zapatero y provocó que por primera vez no se respetara el pacto tácito entre Gobierno y oposición para renovar la cúpula del Banco de España. De todas formas, hacía décadas que un ministro no daba el salto al banco central.
Intenciones más allá del gobernador
En el seno del BCE, de hecho, se sospecha que el plan del Gobierno fue desde un principio imponer a Escrivá como gobernador para evitar un pacto con el PP y poder nombrar también a la número dos del Banco de España. Se da por seguro que Margarita Delgado, subgobernadora y desde el 11 de junio gobernadora interina, será sustituida por una mujer afín a Moncloa, según fuentes próximas al supervisor único.
"El mayor presupuesto de España es el de la Seguridad Social. ¿Tendrá una opinión crítica Escrivá sobre la reforma tras sentarse en el consejo de ministros que aprobó estos cambios?”, se preguntan desde Fráncfort.
El Gobierno se escuda en dos precedentes recientes: el del gobernador del banco de Austria, que hasta este verano también era ministro, y el de Mario Centeno, que hace cuatro años dejó la cartera de Finanzas que dirigía en el Ejecutivo luso para tomar las riendas del Banco de Portugal.
Pero en el BCE se considera que imponer un gobernador político en España es un caso más flagrante contra la independencia de la institución, según las fuentes consultadas. Y se pone como ejemplo que el Banco de España tiene competencias para evaluar las políticas económicas del Ejecutivo. “El mayor presupuesto de España es el de la Seguridad Social. ¿Tendrá una opinión crítica Escrivá sobre la reforma tras sentarse en el consejo de ministros que aprobó estos cambios?”, se preguntan fuentes cercanas al supervisor.
Entre los bancos, que llevaban tiempo temiendo un gobernador político como Escrivá, no ha habido sorpresas. Pero, como indica un alto ejecutivo bancario, la elección del ministro para situarse al frente del Banco de España es una mala noticia para el sector por dos motivos: se trata de un nombramiento sin consenso y su paso por el Gobierno “cuestiona” sus capacidades técnicas.