La subida de tipos en Europa relanza las cuentas de los bancos. Santander ha obtenido un beneficio atribuido de 5.241 millones de euros en los seis primeros meses del año, lo que supone un aumento de 7,1% respecto al mismo periodo de 2022. Se trata del mejor primer semestre del grupo, pese a que pagó 224 millones por el impuesto extraordinario, que había cargado de forma íntegra en el primer trimestre. Sin este gravamen, el beneficio habría crecido casi un 12%.
La cuenta se apoyó en un fuerte incremento de los ingresos típicos. El margen de interés subió un 13,6%, sobre todo gracias al aumento del precio del dinero por parte del Banco Central Europeo (BCE), que mañana se prepara para llevar los tipos al 4,25%. De hecho, la entidad disparó un 30% esta partida en Europa.
El aumento del margen de interés compensó el crecimiento del 9,1% de los costes de explotación, por encima de la inflación, y del 21% de las provisiones, sobre todo por Brasil y Estados Unidos. La rentabilidad sobre patrimonio tangible, conocida como ROTE, rozó el 15%, en línea con la meta estratégica para el cierre de 2023.
“Avanzamos a buen ritmo en nuestros objetivos de simplificar el negocio y aprovechar nuestras fortalezas globales. Gracias a estos buenos resultados, creamos valor para los accionistas y vamos cumpliendo con todos nuestros objetivos para 2023”, afirmó Ana Botín, presidenta de Santander.
España, a la cabeza
El efecto de las subidas de tipos en Europa propició que el negocio de España se erigiera como el primer mercado del grupo, con una aportación superior al 40%.
Tras más de una década por detrás de otras regiones como Brasil, Reino Unido y Estados Unidos, la filial española de Santander es la que más dinero gana, con un beneficio de 1.132 millones (+74%). El resto de regiones no superaron la barrera de los 1.000 millones de ganancias.
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