"Comprar acciones era un mensaje que había que enviar: creo en este proyecto y lo hago tanto que invierto mi dinero. No solo es importante de cara al mercado, también para el equipo de la entidad, que me conocía poco, y así me vio más comprometido". Estas palabras no son de Emilio Saracho, nombrado hace tres meses presidente de Banco Popular, sino de José Ignacio Goirigolzarri, su homólogo en Bankia, que esta semana ha cumplido cinco años al frente de la entidad nacionalizada y explicó en el IESE la importancia de gestos simbólicos como la compra de acciones.
Sin embargo, esta es una decisión que todavía no ha tomado Saracho, que es de momento el único presidente de un banco del Ibex 35 que no tiene acciones de la entidad que preside. Desde el banco no hicieron comentarios sobre los motivos de esta decisión y si su presidente planea comprar títulos pronto.
Más allá de los bancos, Saracho es uno de los tres presidentes del Ibex que no lo hace: junto a Rosa María García, nombrada primera espada de Siemens Gamesa hace poco más de un mes, por lo que ha tenido menos tiempo que Saracho; y José Manuel Vargas, presidente de Aena, que se puede haber arrepentido de esta decisión, ya que la compañía triplica su valor desde que debutó en bolsa en 2015.
En el mercado la inversión de los directivos de una compañía en sus propias acciones se interpreta como una señal de alineamiento de intereses y de buen gobierno corporativo. De hecho, muchos ejecutivos compran títulos de su empresa después de un castigo pronunciado de la acción, para así enviar una señal de confianza al mercado.
Sueldo de Saracho
Otro recién nombrado presidente, Javier García-Carranza, de Merlin Properties, sí que invierte en la inmobiliaria, a pesar de ser un cargo representativo del principal accionista de Merlin, Santander, de la que es directivo. Su participación está valorada en cerca de un millón de euros. En el caso de Goirigolzarri, invirtió su primer sueldo íntegro en acciones de Bankia: medio millón.
Saracho pactó como remuneración en Popular una prima de fichaje de 4 millones de euros más un sueldo fijo de 1,5 millones al año (en 2017 cobrará 1,28 millones al haber empezado más tarde) y un límite junto al variable de 2,5 millones anuales.
Saracho podría llegar a cobrar cerca de 6,5 millones este año, incluida la prima de fichaje
Su predecesor en el cargo, Ángel Ron, sí que tenía acciones del banco. En parte recibidas como parte variable de su remuneración. Aunque mostró su compromiso por ejemplo de la última ampliación de capital comprando las acciones que le correspondían.
Lo mismo ocurre en el resto de bancos. Aunque algunas participaciones se deben principalmente a la remuneración en acciones, todos los presidentes atesoran títulos de la entidad que dirigen. Así, Ana Botín tiene una participación valorada en unos 120 millones de Santander; Francisco González, de unos 34 millones en BBVA; Pedro Guerrero, 26 millones en Bankinter; Oliu, de casi 12 millones en Sabadell; Goirigolzarri, de 1,2 millones en Bankia; y Jordi Gual, también nombrado recientemente, de 260.000 euros en CaixaBank.
Las acciones de Popular han tenido un tono mixto desde que llegó Saracho. Con su primera intervención pública, en la junta ordinaria de accionistas, la acción se hundió un 25%, ante el temor a una ampliación de capital con un gran descuento. Desde entonces ha remontado hasta el nivel previo, ante la entrada de la familia chilena Luksic y los rumores de fusión.
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