Dos sucesiones a priori lejanas como las de Ángel Ron (Banco Popular) y Francisco González (BBVA) podrían tener un mismo elegido: Emilio Saracho. Desde que el banquero histórico de JPMorgan fuera nombrado (en diferido) presidente del Popular se ha extendido el rumor en el sector financiero de que su llegada mate dos pájaros de un tiro.
Para ello se tendrían que cumplir dos condiciones. La primera, que saliera adelante la fusión de BBVA y Popular, en la que ambas entidades trabajaron antes de que Ron diera su brazo a torcer y cediera la presidencia. Y la segunda, que Saracho se ganara la confianza del consejo de BBVA adelantando en la carrera de la sucesión al actual consejero delegado, Carlos Torres.
Son dos hipótesis a priori complicadas pero que van ganando fuerza dentro del sector financiero. Principalmente por dos razones: pocos ven a Saracho manteniendo independiente a Banco Popular en el medio plazo y pocos creen que este banquero haya dejado la vicepresidencia de JPMorgan en Londres para la pelea de mantener independiente al Popular. El mercado da por hecho que la entidad financiera tendrá que ampliar capital o negociar corporativa durante el próximo año. Lo primero es complicado salvo que surja un gran inversor dispuesto a apoyar al banco con cientos de millones. Y la segunda opción conduce a BBVA, la entidad que más proclive se ha mostrado a una fusión.
El exdirectivo de JPMorgan, José Antonio Cereza, está en todas las quinielas para acompañar a Saracho en el Popular
Lo primero que tendrá que hacer Saracho cuando tome las riendas del Popular en febrero es buscar un golpe de efecto que ayude al banco a recuperar el favor de los inversores. Su simple nombramiento ya facilitó que las acciones del Popular subieran un 25% durante las semanas siguientes. Sin embargo, la sentencia europea de las cláusulas suelo ha diluido en parte ese efecto. El mercado espera de Saracho grandes operaciones que aceleren el saneamiento de la entidad, cuya exposición al ladrillo (de más de 30.000 millones) ha sido un lastre en los últimos años.
En este camino, Saracho tendrá que formar su propio equipo. Este banquero tiene la costumbre de rodearse de tres o cuatro ejecutivos de confianza que controlen el día a día y ejecuten sus órdenes sin que les tiemble el pulso. Uno de los candidatos que suena con más fuerza es José Antonio Cerezo, exdirectivo de confianza suyo que le ha acompañado siempre en sus movimientos laborales: primero coincidieron en Goldman Sachs, después en la banca de inversión de Santander y posteriormente en JPMorgan. Cerezo dejó el banco norteamericano hace algunos meses.
Calendario de BBVA
Los cambios en BBVA van a otro ritmo. González todavía tiene mandato por casi tres años, aunque en distintas ocasiones ha sugerido que no lo agotaría hasta el último minuto. Lo que sí ha dejado claro es que no habrá nuevo cambio de estatutos en el banco para extender su presidencia más allá de los 75 años.
Torres es quien mejor situado está para sucederle. Nombrado número dos hace un año y medio, está dando los pasos necesarios para hacerse fuerte dentro y fuera del banco. A nivel interno, ha ido haciendo cambios en el comité de dirección para hacerlo a su medida. Y fuera cuenta con el respaldo de Manuel Pizarro, con el que coincidió en Endesa, y quien mantiene una gran influencia dentro de la élite empresarial.
El único que podría hacerle sombra es Saracho. Para el banquero, finalizar su carrera en BBVA sería el retiro dorado tras una carrera brillante en Santander, la jet set de la banca de inversión europea y haber estabilizado las turbulencias del Popular.
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