Unicaja suelta las alforjas. La entidad malagueña ha acelerado en los últimos meses la desinversión de participadas para hacer caja ante los retos que se le avecinan en los próximos meses. Primero fue con la venta de Iberdrola, y ahora está en negociaciones avanzadas para vender su inmobiliaria a Haya Real Estate, la plataforma en España del fondo norteamericano Cerberus, o a Altamira, de Apollo (85%) y Santander (15%), según fuentes financieras consultadas por Vozpópuli. Desde la entidad señalaron que no hay ninguna decisión tomada al respecto.
Con esta operación, Unicaja quiere replicar las ventas protagonizadas en 2013 por los grandes bancos: Santander con Altamira, CaixaBank con Servihabitat o Popular con Aliseda. Con ellas, se apuntaron plusvalías por valor de más de 2.000 millones de euros.
Para la entidad malagueña conseguir plusvalías es clave en estos momentos por dos motivos: el golpe fiscal que le va a llegar por la subida del Impuesto de Sociedades (IS); y por la necesidad de acumular capital para devolver las ayudas públicas de Banco Ceiss (604 millones) durante el próximo año, para las que ha pedido más plazo a Bruselas. Sería una solución alternativa a la salida a bolsa para amortizar los bonos convertibles contingentes (CoCos) del Fondo de Reestructuración (Frob), como la que ha adoptado Ibercaja, que ayer devolvió 163 millones al fondo público. Con ello, las antiguas cajas evitan el golpe para sus accionistas que sería salir a bolsa en un entorno como el actual, aunque sea a costa de desprenderse de participaciones.
Filial en venta
En el caso de la inmobiliaria, la filial que Unicaja está negociando vender es Gestión de Inmuebles Adquiridos (GIA). Se trata de la plataforma que administra y vende los activos adjudicados residenciales del grupo, con alrededor de 40 empleados. Su cifra de negocios fue de 108 millones en 2015, un 5% más que un año antes.
GIA perdió 114 millones el año pasado, ya que Unicaja carga en esta sociedad sus provisiones inmobiliarias. En principio la operación sólo contempla la venta de la gestión de los inmuebles, no su titularidad, aunque podría entrar en la venta una pequeña cartera de unos 50 millones, según fuentes próximas a la transacción.
Se contempla que la operación de GIA incluya una pequeña cartera de pisos valorada en 50 millones
La entidad hasta este año presidida por Braulio Medel (sigue controlando la Fundación que tiene un 90% del banco) no es de las que mayor exposición al ladrillo tiene dentro del sector financiero. Acumula activos adjudicados por un valor neto de 1.051 millones, según cifras de junio, que sumando provisiones elevan la tasación hasta los 2.690 millones.
Esta operación comenzó a negociarse antes de verano y ha tenido idas y venidas desde entonces. Se espera algún tipo de resolución, para bien o para mal, durante el arranque de 2017.
El mercado espera que Unicaja pueda desprenderse de otras participadas, como Deoleo, en la que tiene un 10%, o Reyal Urbis, en la que la Fundación controla algo más de un 4%.
Compradores
Tanto Cerberus como Apollo son dos referentes en el mercado inmobiliario español. Cerberus aterrizó con la compra de Bankia Habitat, renombrada como Haya Real Estate. Esta firma sería la encargada de articular la adquisición de GIA, como así hizo previamente con Cimenta2, de Cajamar. Haya RE también gestiona la cartera de activos más grande de Sareb, y al ser 100% de Cerberus se trata de la mayor plataforma independiente del mercado.
Apollo es otro de los jugadores más consolidados, tras la compra del 85% de Altamira a Santander por 664 millones. Esta plataforma también gestiona activos de Sareb y es una de las que suena para quedarse Oitante, el primer banco malo portugués. En los últimos meses Santander y Apollo han abierto negociaciones para una posible recompra del 85% del fondo en Altamira.
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