La alternativa a la fusión de Banco Popular, la ampliación de capital, está casi descartada. Pero no porque Emilio Saracho no haya tenido ofertas en las últimas semanas. La más atrevida es la de los accionistas mexicanos Del Valle, que han llegado a poner sobre la mesa 1.000 millones de euros de cara a esta eventual ampliación, según fuentes próximas al consejo consultadas por Vozpópuli. Ni la entidad ni el grupo mexicano se pronunciaron sobre ello.
El papel de estos accionistas ha estado rodeado de polémicas en los últimos meses, sobre todo tras su enfrentamiento frontal con Ángel Ron. Según adelantó este medio, hace ya un año el presidente del grupo azteca sentenció al expresidente de Popular: “Yo seré más pobre, pero tú no vas a aguantar la presión de la bolsa y los medios de comunicación”.
Entonces, los Del Valle y el resto de inversores mexicanos a los que representan querían una fusión con Banco Sabadell que crearía un grupo con un núcleo importante de accionistas latinoamericanos, con ellos, Jaime Gilinski y David Martínez a la cabeza. Desde que se descartó esta posibilidad la estrategia de los Del Valle ha sido más opaca para el mercado, y su nombre ha estado vinculado a presuntas presiones con las posiciones cortas.
Según fuentes cercanas al consejo, lo que buscaban con Saracho era "tan simple como elevar el valor del banco y negociar una fusión". Por ello, los mexicanos eran partidarios de que Popular vendiera su cartera de participadas para obtener entre 250 y 300 puntos básicos de capital de máxima calidad y después realizar una pequeña ampliación, en la que ellos serían los caballeros blancos. En un escenario como el que se barajó de vender activos y ampliar capital en 2.500 millones, los mexicanos se podrían haber hecho con un 20% de las acciones del banco.
Una ampliación atascada
Pero hay dos grandes dificultades que obstaculizaban esta operación. La primera, que los mercados castigaron con dureza la acción del banco cuando Saracho sugirió la posibilidad en su primera junta como presidente. “Fue un error de novato. Una ampliación de capital sólo la anuncias cuando ya sabes el importe que necesitas y tienes la seguridad de que lo vas a cubrir”, señala un banquero de primera fila.
La segunda gran dificultad es que esos planes de Del Valle requieren una junta extraordinaria de Popular en la que se aprobara retirar el derecho de suscripción preferente. Es decir, que los accionistas tradicionales cedieran el control del banco a las familias mexicanas. Algo que, según las fuentes consultadas, es casi imposible tras la guerra accionarial y del consejo el año pasado.
Los Del Valle podrían haberse hecho con un 20-25% de Popular si hubieran salido bien sus planes
La ampliación de capital no está a día de hoy totalmente cerrada, pero como explican fuentes próximas a la entidad cada día que pasa con el proceso de venta en marcha se cierra un palmo la ventana de la ampliación. “Tú imagínate que Saracho acude al mercado con una ampliación después de no haber podido vender el banco. ¿Quién invertiría?”, señala un banquero de inversión.
Aun así, es una opción que todavía no se descarta desde firmas como Alantra y Fidentiis. Desde la primera dan un 50% de posibilidades a la ampliación y creen que sería a un precio de 0,5-0,55 euros, frente a los 0,72 euros por título con los que cerró el pasado viernes. Mientras, desde Fidentiis apuntan que "tendemos a creer que una fusión o venta tiene pequeñas posibilidades ya que cualquier compradores pondrá en precio una agresiva limpieza del balance".
En medio de este entorno, hay un elemento que desconcierta mucho al mercado y al sector financiero: la entrada en el capital de la fortuna chilena Luksic. Desde su entorno señalan que no han entrado de la mano de Saracho ni de Del Valle. Aunque, apuntan fuentes financieras, "sorprende que un inversor a medio plazo entre en un momento como éste en una entidad como bajo el foco como Popular".
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