¿Se convertirán en una bomba de relojería los créditos ICO? El Banco de España aún no lo tiene claro. Hay indicios de que el deterioro de esta cartera es cada vez más elevada. De hecho, ya hay más de 21.000 millones de euros en vigilancia especial y esta cifra no para de crecer. Pero lo cierto es que el grueso de los vencimientos del periodo de carencia comenzará a darse en estos meses, entre abril y mayo. Tras las ampliaciones de plazos, los vencimientos, que antes se concentraban a mediados de 2025, se han distribuido entre 2025, 2026 y 2028, diluyendo un eventual salto abrupto.
Una vez esta 'tregua' finalice, se comenzará a arrojar luz sobre el verdadero estado de los deudores. El consejero delegado del Banco Santander, José Antonio Álvarez, restó este martes importancia. No fue así en el caso del director general del Banco de España, Ángel Estrada, que ve indicios suficientes como para no quitarle el ojo de encima a esta cartera.
El regulador, que se muestra más cauto de lo habitual con este asunto, también ve cierta luz al final del túnel y espera que las recientes medidas aprobadas por el Gobierno faciliten la refinanciación de los créditos y el mantenimiento de las condiciones laxas en el circulante pueda mitigar el impacto.
El Banco de España ya alertó en la Memoria de Supervisión 2021 que los créditos ICO en vigilancia especial se elevaron al 21,1% en septiembre de 2021 y comenzaron a mostrar "signos de deterioro". El programa de avales ha otorgado a las empresas un total de 131,600 millones de euros, de los que un 73% ha ido a parar a autónomos y pymes y el 27% restante a grandes empresas. Del total del riesgo, la parte avalada del ICO se eleva hasta los 100.000 millones de euros.
El Banco de España teme que se produzcan impagos
El Banco de España (BdE) considera que el intenso aumento de los precios de la energía registrado en 2021 y en la parte transcurrida de 2022 podría comprometer la capacidad de repago de las deudas de los hogares de rentas bajas, ya que el gasto en esta partida supone una proporción más elevada de su consumo. Así, lo asegura en su último informe de Estabilidad Financiera, publicado este miércoles.
Las familias cuyo nivel de renta es más bajo dedicaron más de un 10% de su consumo al gasto de la energía en 2020 y fueron estos mismos hogares el gasto en energía más aumentó, en proporción a su consumo, en 2020 y en 2021.
El supervisor asegura que existe una clara desigualdad entre las familia para pagar sus deudas, dependiendo siempre de sus niveles de renta. "Los de menores ingresos dispondrían de menor margen para absorber por estas vías el incremento en los precios de la energía, ya que, por una parte, sus tasas de ahorro suelen ser más reducidas y, por otra, solo una proporción pequeña de estas familias ha podido acumular un ahorro extraordinario durante la pandemia".
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