El Banco de España ha detectado una desaceleración en la creación de puestos de trabajo y de la rentabilidad de las empresas no financieras (de la industria, el comercio o el sector energético, entre otros) en lo que va de 2019, con una caída del -44,5% en su beneficio hasta septiembre frente a la subida del 52,3% que experimentaron en los tres primeros trimestres del año anterior.
Así lo ha reflejado el supervisor en el informe presentado este viernes sobre los Resultados de las Empresas no Financieras en 2018 y hasta el tercer trimestre de 2019, en el que señala que las plantillas han aumentado un 0,6% hasta septiembre frente a un aumento del 1,8% en el año anterior. Pese a este frenazo del empleo, los salarios han crecido un 2,2%, el mayo aumento desde 2008 y más de medio punto por encima de lo que habían hecho un año antes.
El supervisor ha detectado que el avance del empleo en los últimos dos años se ha visto impulsado por la contratación de personal fijo, por lo que ha habido una mejora relativa del empleo fijo frente al temporal.
La institución que dirige Pablo Hernández de Cos ha afirmado que "la actividad de las sociedades no financieras españolas siguió expandiéndose, tanto en 2018 como hasta septiembre de 2019, aunque muestra una desaceleración generalizada por sectores, tamaños e indicadores", que es especialmente acusada en la industria y el comercio.
Aunque el desapalancamiento (reducción de la deuda) de las empresas ha hecho a las compañías más resistentes ante perturbaciones negativas, todavía presentan "vulnerabilidades" si se produce un deterioro del escenario macro-financiero.
Simular una crisis: qué pasaría con un 'shock' como el de 2008
El Banco de España ha querido comprobar qué ocurriría en caso de que se produjera una fuerte reducción del beneficio de las empresas, como sucedió en 2008, y simular qué impacto tendría sobre la calidad y el aumento de su deuda y sobre su creación de empleo.
Han introducido "una perturbación artificial negativa de reducción de los beneficios", que provoca que el número de empresas que pasan a estar en situación de vulnerabilidad aumente. Se trata de ver qué porcentaje del total de deuda estaría en manos de empresas vulnerables (con el consecuente riesgo de impago) y qué porcentaje del total del empleo del sector estaría en manos de empresas vulnerables (que podrían acabar destruyendo ese empleo).
Su conclusión es que el impacto en ambas variables sería mucho más moderado de la que tuvo entonces, porque ahora las compañías están "en una situación de fortaleza económico-financiera mucho mejor que en el año 2008".
Impacto en deuda y empleo
En el caso de la deuda, en 2008 un 14% del total de deuda pasó a estar emitida por empresas vulnerables, frente a un 4% que pasaría a estar en la actualidad. En cuanto al empleo, si en 2008 un 8% del empleo corría a cargo de empresas vulnerables, este porcentaje ahora sería de en torno al 4%.
Llama la atención, sin embargo, el sector de la Información y Comunicación, ya que en caso de que se produjera un fuerte descenso de los beneficios, el empleo en peligro sería prácticamente el mismo que en 2008, pese a que el volumen de deuda de esas compañías ha bajado notablemente.
El crecimiento económico que ha experimentado la economía española desde 2013, junto a los tipos de interés bajos (que han permitido financiarse más barato) y al proceso de desapalancamiento, "han permitido reducir la sensibilidad de las sociedades españolas ante perturbaciones negativas", pero el Banco de España advierte de que la desaceleración en la actividad empresarial observada en los últimos dos años puede ralentizar su fortalecimiento futuro.
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