El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha advertido de que el déficit público de España se disparará en 2019 hasta el 2,4% del PIB si se mantienen los planes previstos en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de Pedro Sánchez, que no podrá cumplir con el objetivo del 1,3% previsto.
Durante su comparecencia ante la Comisión de Presupuestos del Congreso de los Diputados, que da inicio a la tramitación parlamentaria de las cuentas, Hernández de Cos ha señalado que para que el Gobierno consiga cumplir con ese objetivo de déficit del 1,3% tendrá que aumentar considerablemente la recaudación fiscal y eso, a su vez, comprometería la previsión de crecimiento del PIB del 2,2%.
A pesar de que en su opinión el déficit superará ese 1,3% e incluso el 1,8% al que se quería comprometer el Ejecutivo, contando con el respaldo de Bruselas, sí que quedará por debajo del 3% con lo que España saldrá del procedimiento de déficit excesivo de la Comisión Europea.
El Banco de España pronostica también que la creación de empleo se ralentizará este año por el "menor avance de la actividad" y por el impacto de la subida del 22% en el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), con lo que espera que la tasa de paro cierre el año en el 14%.
Difícil que salgan las cuentas
El gobernador ha analizado las principales medidas de ingresos y gastos que comprenden los PGE y ha señalado algunos riesgos que podrían provocar que no se cumplan las expectativas del Gobierno, que confía que se produzca un crecimiento de los ingresos tributarios y de las cotizaciones sociales del 8,2%, algo que podría toparse con distintas trabas.
En primer lugar ha señalado que la mayor recaudación prevista por el Gobierno debido al cambio de sistema de suministro de inmediato de información del IVA, que permitirá este año ingresar 13 mensualidades de IVA, "no se traslada a las magnitudes de Contabilidad Nacional", sólo es válido en términos de caja por lo que no podría utilizarse ese colchón extra para cuadrar ingresos y gastos.
Además, ha apuntado que aunque siempre hay incertidumbre sobre la respuesta de ingresos públicos a las bases impositivas (lo que se conoce como elasticidad impositiva), se ha utilizado una elasticidad "superior a la media histórica".
También ha advertido de los riesgos que supone la incertidumbre, el potencial retraso de la entrada en vigor y el hecho de que los nuevos impuestos (la 'tasa Tobin', con la que el Gobierno quiere recaudar 850 millones, y la 'tasa Google', con la que quiere ingresar 1.200 millones) no cumplan con los pronósticos.
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