Tres semanas después de que el hasta ahora consejero delegado de Santander, José Antonio Álvarez, desvelara en una comisión parlamentaria que el banco pierde dinero en España desde hace seis años, la entidad anunció el martes cambios relevantes en la composición de su consejo de administración, siendo Álvarez el principal afectado. Cambios que apuntan a una clara pérdida del carácter genuinamente español de la primera entidad financiera del país, y a una mayor internacionalización.
Por vez primera en la historia de la banca española, un extranjero toma el mando. Y no sólo en la banca española: prácticamente es la primera vez que un extranjero se hace cargo de una gran compañía del Ibex 35. El italiano Andrea Orcel, procedente del suizo UBS, sustituirá a partir del 1 de enero próximo a José Antonio Álvarez como consejero delegado del banco presidido por Ana Botín y ocupará la plaza que deja Juan Miguel Villar Mir.
Con el nombramiento de Orcel, son cinco los miembros del consejo de administración de Santander que no han nacido en España. El vicepresidente no ejecutivo Bruce Carnegie-Brown nació en Sierra Leona, nacionalizado británico; Homaira Akbari, consejera independiente, es iraní, nacida en Teherán -también tiene la nacionalidad estadounidense y la francesa-; Carlos Fernández González, consejero independiente, es una de las grandes y esquivas fortunas de México; y Álvaro Antonio Cardoso de Souza, consejero independiente, presidente no ejecutivo de Santander Brasil, es portugués, nacionalizado brasileño.
Santander abandona la costumbre de la gran empresa española de nombrar como consejeros y directivos a exministros o expolíticos
Los otros puestos del consejo de Santander están ocupados por la presidenta, Ana Botín; José Antonio Álvarez, nombrado presidente de Santander España y vicepresidente ejecutivo en sustitución de Rodrigo Echenique, quien se mantiene como consejero del grupo; los consejeros externos Guillermo de la Dehesa, Ignacio Benjumea Cabeza de Vaca, y Ramiro Mato García-Ansorena.
Completan el consejo tres mujeres: Esther Giménez-Salinas i Colomer; Belén Romana; y Sol Daurella, y el hermano de Ana Botín, Javier Botín-Sanz de Sautuola y O'Shea, el primer accionista individual de Santander, con el 0,49% del capital, una participación valorada en más de 355 millones.
Los cambios en el consejo de administración introducidos por Ana Botín desde que se hizo cargo de la presidencia del grupo, tras el fallecimiento de su padre, Emilio Botín, en septiembre de 2014, apuntan a esa internacionalización de la entidad y a una mayor diversidad. La pérdida de ese carácter genuinamente español ha supuesto para Santander abandonar esa práctica que tan escandalosos resultados ha dado a la gran empresa española, como es la de situar en sus consejos y puestos de dirección a expolíticos y exministros.
José Antonio Álvarez pareció lamentar en el Congreso que Santander fuera un banco español
El mismo comunicado en el que Santander anunció ayer martes los cambios en el consejo de administración incide en el carácter internacional de la cúpula del grupo. "El consejo de Santander cuenta con diversidad de género, de nacionalidades y con amplia representación sectorial", señaló el banco. El centro corporativo del grupo "es hoy más diverso, con casi el 50% de los ejecutivos del primer nivel con amplia carrera internacional, incluyendo altos directivos procedentes de Alemania, Italia, Reino Unido o Estados Unidos", apuntó.
Popular, Brexit, Brasil
El nuevo consejero delegado de Santander tiene ante sí el reto de eludir los nubarrones que amenazan los tres grandes mercados en los que opera el banco: La integración del negocio de Popular en España; el Brexit en Reino Unido; y la incertidumbre política en Brasil.
Aunque el banco sostiene que prevé una rentabilidad del 13% con la compra de Popular, tuvo que acometer una ampliación de capital de 7.000 millones de euros, y ya hay analistas que dudan de esas ganancias. El lunes los títulos de Santander cayeron más de un 2% después de que el banco de inversión francés Kepler rebajara esa rentabilidad prevista del 13% al 4% con la adquisición del Popular.
El consejo de Santander es el mejor preparado de la historia del banco para una fusión internacional
En una comunicación oficial del banco publicada en la CNMV a mediados de este año, Santander advertía que la volatilidad de la libra motivada por el Brexit podría prolongarse mientras duren las negociaciones, y que si la calificación de la deuda de Santander UK empeorara, afrontaría un coste de 4.400 millones de euros.
Brasil generó en el primer semestre del año el 26% de los beneficios de Santander en el mundo. El banco afronta la caída del valor de la moneda brasileña en lo que va de año con las elecciones generales a la vuelta de la esquina, el próximo mes, con candidatos poco alagüeños para los intereses del banco en el país, como el ultraderechista Jair Bolsonaro y Fernando Haddad, quien reemplazó al encarcelado expresidente Lula da Silva.
Ante la comisión de investigación del Congreso sobre la crisis financiera, el pasado jueves 6 de septiembre, José Antonio Álvarez pareció lamentar que Santander fuera un banco español. "El negocio en España, incluido el Banco Santander España, el centro corporativo y la división inmobiliaria no genera beneficios", dijo. "Somos el banco con mayor carga fiscal en Europa. Aunque no tenemos beneficio en España, contribuimos con 1.130 millones al sostenimiento público", aseguró.
Está por ver si los cambios acometidos por Ana Botín en el consejo son más estéticos que otra cosa. Pero el consejo de administración que ha diseñado la presidenta de Santander es el mejor preparado en la historia del banco para una gran fusión internacional.
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