El paso del ladrillo por los balances de la banca española sigue generando efectos devastadores. La curva ascendente de la tasa de mora, situada a finales de mayo en el 11,21% de los préstamos concedidos a empresas y familias, según los últimos datos publicados ayer por el Banco de España, con el efecto Sareb ya en el olvido, no es sino la consecuencia del reconocimiento por las entidades españolas de la mora guardada bajo las alfombras de sus voluminosas carteras de créditos (1,51 billones de euros a cierre de mayo). Los bancos españoles han reconocido 47.030 millones de créditos dudosos en los últimos doce meses (mayo 2012-mayo 2013), el mismo volumen de mora que emergió en el período 2009-2011, lo que eleva a 170.225 millones la cifra de préstamos morosos en el sistema. De ellos, 32.838 millones forman ya parte del balance de la Sareb.
En esos cuatro ejercicios, el impacto de la mora en la banca española se movió en el entorno de los 20.000 millones. Así, a cierre de 2008, el saldo de dudosos ascendía a 63.057 millones; 93.327 millones, un año después; 107.199 millones, el 31 de diciembre de 2010, mientras que un año después, los bancos habían ya reconocido préstamos morosos por una cuantía de 139.760 millones.
La banca comenzó mayo de 2012 con un saldo de dudosos de 155.971 millones, volumen que continuó en ascenso hasta alcanzar su pico en noviembre, con 191.588 millones. La curva descendió hasta los 167.468 millones por el primer efecto Sareb (traspaso de los activos tóxicos de Bankia, Novagalicia y Catalunya Caixa) y vivió su suelo (162.038 millones) con el traspaso del ladrillo del Grupo 2, en febrero pasado. A partir de entonces, la mora volvió a crecer en 8.187 millones hasta el último dato de mayo (170.225 millones de préstamos morosos).
Pese a que la banca española ha reconocido una media de 3.919 millones de préstamos dudosos al mes durante el último año, el sector no sabe cuándo se estabilizará la curva de la morosidad. De hecho, sus proyecciones apuntan a un importante pico en las estadísticas de junio y julio ya que, en estos dos meses, la mayor parte de las entidades realizarán el ejercicio de reclasificación de préstamos refinanciados exigido por el Banco de España, que debe estar finalizado a finales del próximo septiembre.
El sector calcula que alrededor de 40.000 M. de los créditos que la banca tiene catalogados aún como sanos pasarán a morosos antes de septiembre, lo que elevaría la tasa de mora por encima del 15%
El supervisor ha tomado esta medida ante la sospecha de que las entidades utilizan estas reestructuraciones para evitar la entrada en mora de operaciones que son claramente inviables. La nueva norma permite a la banca española aflorar toda su mora oculta antes del próximo 30 de septiembre. De hecho, para que un préstamo refinanciado pueda seguir considerado como normal tendrá que cumplir unas duras exigencias que hagan altamente probable la recuperación de todos los importes debidos. Para ello se tomarán en consideración factores tales como la inexistencia de un dilatado periodo de carencia, cuotas mensuales que no superen un porcentaje significativo de los ingresos recurrentes en el caso de los particulares o la adición de nuevos avalistas de indudable solvencia o de nuevas garantías eficaces".
El gran foco de la mora oculta de la banca española se esconde en su bolsa de 88.270 millones de créditos refinanciados normales, es decir, que aún están al corriente de pago. Los datos del supervisor, recogidos en el Informe de Estabilidad Financiera de mayo, cifran en 208.206 millones el nivel de préstamos refinanciados por la banca española al cierre del pasado ejercicio, un 13,6% del crédito al sector privado residente. De ellos, el 42,4% (88.270 millones) está clasificado como normal por las entidades, mientras que un 20,6% (42.890 millones) es subestándar y el 37% (77.036 millones) restante, como dudoso. En total, casi 120.000 millones (concretamente, 119.926 millones) están con problemas de pago.
En el sector se calcula que, al menos, el 50% de estos 88.270 millones pasarán a una situación dudosa, lo que obligará a las entidades a realizar nuevas provisiones en el entorno de los 10.000 millones. De confirmarse estos cálculos, la mora del sector se dispararía al entorno del 15,5% con el saldo vivo actual de préstamos del sector situado en 1,51 billones de euros. Como la tendencia es que este parámetro continúe desacelerándose, el impacto en la tasa de mora podría ser incluso mayor.
El impacto de la nueva reforma energética y el crecimiento imparable del paro seguirá castigando la solvencia de la cartera crediticia de los bancos en los próximos trimestres
Además, la banca tendrá que reconocer en los próximos meses el impacto de la nueva reforma energética con un importanta recorte a las energías renovables, sector que está altamente apalancado con la banca. "Además, no hay que olvidarse de la verdadera gasolina para el fuego de la mora: el desempleo. Con las malas perspectivas sobre creación de empleo (la OCDE prevé que se alcance una tasa de desempleo del 28% en 2014), el ritmo de crecimiento de la mora es impredecible", explican en el sector.
Los datos publicados por el Banco de España indican un descenso del 13% en el saldo vivo del crédito total de la banca, que se sitúa en 1,51 billones de euros, una cifra que no se registraba desde 2005. Esta tendencia de desapalancamiento continuará en los próximos trimestres. De hecho, el sector no sabe cifrar en qué momento volverá a fluir el crédito a la economía real. La Troika, en su último informe sobre el sector financiero español, advierte que la financiación no regresará como pronto hasta finales del próximo año. La banca ya no se atreve a poner fecha.
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