La dirección es la correcta. Sin embargo, en el camino de la reestructuración del sistema financiero español, Bruselas sigue desgranando peligros por la mala situación económica, las consecuencias de los cambios regulatorios y el retraso en la operatividad de la Sareb, a quien el Banco de España ya ha comenzado a controlar con un equipo de inspectores creado en exclusiva para la monitorización del banco malo, según ha podido saber Vozpópuli.
En el corto plazo, estas primeras 'visitas' de los inspectores a la Sareb se convertirán en permanentes, como así se estipuló en el nuevo organigrama de supervisión que confeccionó el Banco de España, en abril pasado. Este grupo dedicado en exclusiva a la supervisión del banco malo está adscrito al departamento de Inspección IV de la Dirección General Adjunta de Supervisión.
Las labores del nuevo equipo de supervisión en la Sareb tomarán velocidad después del verano. Antes, a mediados de agosto, la Comisión Europea confía en que la institución que preside Belén Romana haya logrado finalizar la nueva 'due dilligence' que un asesor externo está realizando en gran parte de su portfolio. Bruselas critica el retraso que lleva este proceso, que debería haber finalizado a finales de junio, en su último informe sobre la situación de la reforma financiera en España.
En el documento, Bruselas también se muestra preocupada por el bajo y lento volumen de venta de activos de la Sareb, muy por debajo de las previsiones del plan de negocio, por la rigidez a la hora de efectuar una operación. Además, la UE insta a los responsables del banco malo a revisar su plan de negocio y financiero una vez que se haya concluido esta 'due dilligence' que aireará nuevos niveles de mora oculta en parte de los activos traspasados por las entidades del Grupo 1 y 2.
A finales de mayo, la Sareb había vendido unos 700 inmuebles, según desveló Romana, el pasado martes, en unas jornadas organizadas por KPMG y Expansión. "El ritmo irá aumentando", aseguró la presidenta del banco malo. La cifra, sin embargo, dista mucho de la revisión que hizo KPMG, junto a otras 20 firmas, del plan de negocio inicial. El nuevo texto corregido estimaba un volumen de operaciones superior a las 7.500 viviendas en este 2013. De no multiplicarse las transacciones en los próximos 18 meses, el banco malo tendría que acometer una segunda ampliación de capital para cubrir las millonarias pérdidas, y su consiguiente consumo de capital, de estos dos primeros ejercicios.
La institución que preside Belén Romana podría consumir en este 2013 en el entorno de 500 millones de los 1.000 millones que tiene de hucha de capital aportados por sus accionistas, según fuentes del sector, de no sufrir un cambio espectacular su actual ritmo de ventas. Un deterioro que proseguiría a lo largo del próximo ejercicio.
Otro foco amenaza la cuenta de resultados y el capital de la Sareb: el nuevo real decreto andaluz sobre los desahucios. Según los técnicos europeos, las sanciones podrían tener un impacto directo de 200 millones de euros en las cuentas de Sareb. Pero el impacto no acabaría ahí, ya que también habría un impacto indirecto, debido a la incertidumbre que se generaría entre potenciales compradores de los activos de la Sareb.
"Sareb afronta algunas incertidumbres legales relacionadas con las medidas recientes adoptadas por gobiernos regionales en relación con la protección de los deudores hipotecarios. En particular, el decreto ley adoptado por Andalucía tiene implicaciones potenciales negativas para la actividad de la Sareb tanto directas (relacionadas con las sanciones financieras para casas vacías -con una estimación de hasta 200 millones de euros) e indirectas "una elevada incertidumbre podría disuadir a potenciales inversores y deteriorar el valor de la cartera de Sareb", afirma el informe.
Según indica el documento, la Sareb cuenta con 6.000 viviendas en Andalucía (alrededor del 10% del total), pero a ellas habría que sumar las 17.000 viviendas andaluzas que respaldan los créditos hipotecarios que también han sido transferidos a la institución. Previamente, el Ejecutivo comunitario ya había enviado al Gobierno una carta en la que expresaba su temor por los riesgos que esta ley crea a las entidades financieras y la incertidumbre que podría generar entre los inversores internacionales, en un momento en el que la Sareb confía en cerrar su primera gran operación de venta de activos a institucionales. La conocida como operación 'Bull'.
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