El papa Francisco reconoció recientemente no saber qué hacer con el Instituto de Obras Religiosas (IOR), conocido como Banco Vaticano. Algunos le recomiendan cerrar; otros, convertirlo en un verdadero banco y otros mantenerlo como un mero fondo. Sólo tiene una cosa clara: transparencia. Y eso es lo que ha hecho el Banco Vaticano publicando sus cuentas en Internet. Los beneficios del 2012 –último ejercicio cerrado- multiplicaron por cuatro los del 2011: 86,6 millones frente a 20,3.
Ese extraordinario resultado se consigue principalmente debido a una mejor gestión. Con menos clientes se gestiona más patrimonio. Los clientes se reducen de 21.134 a 18.900. En cambio, el patrimonio gestionado pasa de 6.900 millones de euros a 7.100. Se incrementa el portfolio gestionado de 2.900 millones a 3.200 mientras que los depósitos se reducen de 3.300 a 3.100 millones de euros. Es decir, una gestión ligeramente más agresiva. Para ello incrementó ligeramente su plantilla de los 106 empleados del 2011 a los 114 del 2012.
El Banco Vaticano da servicio a 5.200 instituciones (órdenes religiosas, ONG católicas, etc.) y 13.700 personas físicas (sacerdotes y personal), un total de 18.900 clientes. Los clientes particulares suponen un 15% de los activos gestionados, 1.100.000 euros. Es decir, la media de depósitos de cada uno de los particulares asciende a 80,29 euros.
La información publicada este jueves aclara que, desde 1996, no están permitidas las cuentas anónimas o encriptadas y que recientemente el Banco Vaticano está sometido a las normas de transparencia internacional contra el blanqueo de capitales. Además, en mayo de 2013 inició un proceso de reorganización de sus estructuras y procesos que terminará presumiblemente a finales de este año. De momento, desde el 1 de julio de 2013 ya está operativa la oficina de análisis de riesgos, increíblemente inexistente hasta entonces.
Además, el financiero alemán Ernst von Freyberg -nombrado presidente del IOR por Benedicto XVI en febrero de 2013- también ejerce de director general del Banco Vaticano desde este mes de julio. El objetivo de todas estas reformas es poder asegurar el pago de las nóminas y las pensiones de los clérigos y el personal del Vaticano y poder seguir prestando servicios financieros a las diferentes obras de la Iglesia y órdenes religiosas, señala la información.
Para decidir el futuro de la institución, el papa ha creado una comisión de cardenales y una comisión de expertos. En esta última se encuentra quien fuera durante muchos años presidente español de Arthur Andersen, Manuel Soto. El papa no se ha puesto plazo, pero el propio Banco Vaticano se autoimpone finales de 2013 para tomar una decisión.
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