La banca europea lleva años sufriendo en sus cuentas de resultados la política monetaria que el Banco Central Europeo ha practicado desde marzo de 2016. Con el precio oficial del dinero en el 0%, incrementar los ingresos a través del margen de intereses se volvió una tarea más propia de magos que de economistas.
Ahora, más de seis años después, las cosas empiezan a volver al punto de partida. El Banco Central Europeo que preside Christine Lagarde ha realizado la primera subida del tipo de referencia desde el año 2011 y puede que no la última en este mismo ejercicio.
No ha sido una sorpresa, toda vez que a principios del pasado mes de junio lo había anunciado al mercado. Quizás la cuantía del aumento, 50 puntos básicos, no estaba en la partitura original, pero la situación económica y la política así lo aconsejaron en el momento de tomar la decisión.
La banca ha tardado más en reaccionar que otros sectores al nuevo entorno financiero. En otros sectores, como el energético o el alimenticio, las dificultades de abastecimiento y la subida de la inflación se trasladaron a los precios de venta de los servicios y los productos de forma inmediata. Las entidades financieras han esperado algo más, pero parece que han reaccionado y, en algunos casos, como en los créditos a las empresas, de forma exponencial, de acuerdo con los últimos datos del Banco de España, correspondientes al pasado mes de julio.
Mientras el euríbor ha subido entre los meses de abril y julio un 9.507% (del +0,013% al +1,249%), los tipos de interés de los préstamos hipotecarios han aumentado "solo" un 15,75% y de los créditos al consumo apenas un 2,72%. No ocurre lo mismo con el coste de la financiación a las sociedades no financieras, que ha aumentado de forma muy notable en los últimos tres meses, especialmente en el caso de importes significativos. Los créditos superiores a un millón de euros son ya un 65,6% más caros que en abril.
Según el Banco de España, el tipo medio TAE de los préstamos para la compra de una vivienda se situaron en julio (últimas cifras publicadas) en el 1,91%. Es el más alto de la primera mitad del año, pero no recogen en su totalidad los aumentos que ha venido marcando el euríbor o la deuda soberana a diez años. De momento, los bancos mantienen la tregua con las familias.
Un crédito al consumo se pagaba en julio al 7,94%, un tipo solo ligeramente superior al que se pagaba en el mes de enero, cuando el conflicto entre Rusia y Ucrania aún no había estallado. Desde el mes de abril, cuando el euríbor empezó a estar descontrolado, el coste de los créditos al consumo para los hogares ha aumentado apenas un 2,72%. Los créditos a los hogares para "otros fines" según la jerga bancaria se pagan al 3,79%, más baratos que en abril o en el mes de enero pasados.
En el caso de la financiación a las empresas, la situación sí ha variado. Particularmente a medida que el importe es mayor. En los créditos cuyo montante total está por debajo de los 250.000 euros, el tipo de interés medio en julio está ya en el 3,30%, cuando en junio se situaba en el 2,56%. Desde el mes de abril, el incremento de los tipos en estos créditos, más dirigidos a las pequeñas y medianas empresas, ha aumentado un 23,27%.
Las razones de esta repentina subida de tipos en los créditos a las empresas puede deberse al incremento que se está produciendo en las nuevas operaciones
Algo similar ocurre con los créditos de entre 250.000 euros y un millón, aunque al aumentar el importe y, por tanto, el riesgo que asume la entidad, el tipo sube a más velocidad. Entre abril y julio, el aumento del tipo TAE en este segmento de financiación a empresas ha sido del 23,27%.
Donde los incrementos de tipos son más notables es en la financiación a las grandes empresas. Aquí sí que los bancos han sido sido más rápidos a la hora de seguir la tendencia alcista de los mercados mayoristas. Los créditos por encima del millón de euros se pagan a un 1,64% de interés, un 65,65% más que en abril (0,99%) y un 46,43% más que en mayo.
Las razones de esta repentina subida de tipos en los créditos a las empresas puede deberse al incremento que se está produciendo en las nuevas operaciones. Según los datos del Banco de España, en el mes de julio, los bancos han concedido 36.189 millones, la cifra más alta de todo el año. En el caso de los créditos de más de un millón de euros, el incremento anual fue en dicho mes del 51,43%; del 18,82% en el caso de los créditos de entre 250.000 y un millón de euros, y del 15,33% en el caso de los inferiores a 250.000 euros.
Las entidades financieras españolas parece que no creen ciegamente en quienes pronostican un periodo largo de incertidumbre económica. Son varios los analistas que vaticinan una recesión económica en Estados Unidos (después de la caída del PIB en un 0,2% en el segundo trimestre), en Italia o en España, una hipótesis, esta última, más difícil de sostener teniendo en cuenta que la economía aumentó un 1,1% entre abril y junio. Para entrar en recesión, la economía de un país tiene que decrecer al menos durante dos trimestres consecutivos.
En el caso de los hogares, el aumento de la financiación es bastante más moderado. Incluso hay estabilidad en los créditos al consumo, los más rentables para los bancos, pero también los que más riesgo de impago corren. El crédito hipotecario mantiene su vigor en julio, mes en el que se concedieron 6.527 millones de euros en nuevas operaciones, un 9,23% más que en el mismo mes de 2021. Los nuevos créditos al consumo en julio se cifraron en 2.469 millones de euros, una cifra casi idéntica a la del mismo mes del pasado año.
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