Economía

Bayer, a punto de lograr un acuerdo extrajudicial para cerrar las 75.000 demandas pendientes por el glifosato

La farmacéutica alemana está un poco más cerca de poner fin a los miles de litigios que la asolan a raíz del escándalo de RoundUp, el herbicida de Monsanto que está supuestamente relacionado con cientos de casos de cáncer

Bayer está a punto de lograr un acuerdo extrajudicial que ponga fin a las 75.000 demandas presentadas en su contra en Estados Unidos por el caso del herbicida de Monsanto, al que se señala por ser una posible causa de cáncer.

RoundUp, el famoso herbicida comercializado por el gigante Monsanto, ha sido el protagonista de uno de los peores escándalos de la industria farmacéutica, ya que se relaciona su uso con miles de casos de cáncer en Estados Unidos.

Bayer se hizo con el laboratorio norteamericano en la segunda mitad de 2018 por 60.000 millones de dólares, aprovechando la mala situación económica de Monsanto a raíz de la crisis. Con cada nueva demanda, la farmacéutica alemana se suele desplomar en bolsa.

Con esta adquisición, el gigante farmacéutico alemán no sólo se ha hecho con los productos de Monsanto, sino que también se tiene que hacer cargo de todos los procesos judiciales que se han abierto en su contra a lo largo de Estados Unidos.

Miles de personas en el país acusan a la compañía de poner en el mercado un producto -el herbicida RoundUp, que contiene glifosato- cuyo uso a lo largo del tiempo produce cáncer. Son cientos las historias de agricultores que han sufrido la enfermedad tras años usando dicho herbicida, y ahora acusan a Monsanto de saberlo y no hacer nada al respecto.

Hasta 85.000 demandas

A pesar de que por parte de la compañía aseguran que el glifosato es completamente seguro de utilizar y no existe una relación directa entre el uso de este herbicida y el cáncer, varios tribunales de Estados Unidos han dictado sentencias que son contrarias a esa hipótesis. De hecho, la mayor parte de las sentencias relacionadas con este caso han dado la razón a los demandantes y han obligado a Bayer a pagarles multas millonarias.

El hecho de que por el momento la mayor parte de los litigios que han llegado a los tribunales en Estados Unidos hayan dado la razón a los demandantes y no a la compañía farmacéutica puede ser uno de los motivos que ha provocado que se hayan disparado el número de demandantes. Hasta la fecha, se pensaba que el número de demandas era cercano a las 42.000, según los últimos datos proporcionados por la farmacéutica.

No obstante, según ha declarado el mediador contratado por Bayer para hacerse cargo de los procesos judiciales, Ken Feinberg, en una entrevista con Bloomberg, Bayer podría librarse de pasar por los tribunales de ahora en adelante gracias a un acuerdo extrajudicial.

Feinberg ha declarado que se muestra "optimista, pero cauto" de poder llegar a un acuerdo con miles de demandantes de una, por una cifra que probablemente sea astronómica. Por otro lado, durante la entrevista el abogado ha señalado que dentro del acuerdo podrían llegar a entrar entre 75.000 y 85.000 demandas, una cifra mucho mayor de la conocida hasta la fecha.

Pacto extrajudicial 

Los pactos extrajudiciales son una práctica muy común en Estados Unidos, sobre todo cuando se refiere a demandas contra grandes corporaciones por parte de un colectivo de civiles. De lograr convencer a los representantes de los demandantes, las ventajas para Bayer serían múltiples.

Por un lado, el pacto es extrajudicial, por lo que salva a Bayer de pasar por los tribunales, donde el coste hubiera sido infinitamente mayor, al igual que el riesgo de perder la demanda. Por el otro, al no pasar ante la justicia, las grandes compañías evitan tener que reconocer su culpabilidad en la situación. De esta manera, mediante este tipo de estrategia, se ahorran costes al mismo tiempo que niegan cualquier responsabilidad, tanto legal como moral.

A día de hoy, el glifosato sigue siendo el herbicida más utilizado en el mundo, y su papel como agente cancerígeno es controvertida. En 2015 la Organización Mundial de la Salud lo calificó como “probable cancerígeno”, pero esta opinión no es compartida por las autoridades científicas europeas (ECHA y EFSA) o las autoridades de Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Japón.

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