No es ningún secreto que las grandes empresas del Ibex se enfadaron con las últimas medidas de Cristóbal Montoro. Y es normal, teniendo en cuenta que el Gobierno les metió un hachazo de 14.000 millones en solo tres meses para cuadrar las cuentas. Algunas firmas han dejado claro su descontento y BBVA ha vuelto a hacerlo ahora a través de un informe de su servicio de estudios (BBVA Research), en el que deja claro que las últimas medidas, las aprobadas en diciembre, no eran necesarias.
Y es que el Gobierno aprobó primero en septiembre la recuperación del mínimo obligatorio en el pago fraccionado del Impuesto de Sociedades, una medida para recaudar unos 9.000 millones y cuadrar el déficit de 2016. Según BBVA Research, la medida ha servido para compensar la mala evolución del impuesto en la primera mitad del año y permitirá al Estado y al conjunto de las Administraciones Públicas cumplir sus objetivos.
Otros organismos no son tan optimistas y creen que el déficit público se desviará al menos una décima. Hasta el ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, reconoció la semana pasada que España puede incumplir de nuevo el déficit en 2016, aunque el desfase será mínimo y el Gobierno ha querido restarle importancia. Las cosas pintan peor para 2017.
El banco cree que la subida fiscal a las empresas del pasado diciembre se podría haber evitado
Para cuadrar las cuentas este año, el Gobierno aprobó otro paquete de medidas en diciembre que incluía nuevos retoques en Sociedades a través de la supresión o limitación de algunas deducciones y exenciones de la figura, como la de dividendos o la compensación de bases imponibles negativas. ¿El objetivo? Recaudar 4.700 millones. Casi todos los organismos creen que tampoco será suficiente. Sin embargo, BBVA también es optimista para 2017.
De hecho, cree que estas últimas medidas no eran necesarias y que el impacto cíclico de la recuperación sobre las cuentas públicas habría sido suficiente para reducir el déficit hasta el 3,1%. Incluso para llegar al 2,2% en 2018. Y, ahora que ya se ha aprobado, servirá para financiar nuevos aumentos del gasto público que, sin la última subida fiscal a las empresas, no se habrían podido producir.
BBVA no hace una mención concreta a estos aumentos de gasto, pero probablemente se refiere a algunas de las medidas más sociales que aprobado el Gobierno, como la subida del 8% del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), la ampliación del permiso por paternidad a un mes o la renta mínima que está negociando con los grupos políticos en el marco de la aprobación de los Presupuestos de 2017.
Desincentivan la inversión
Lo que sí hace el banco es aprovechar para mandar un mensaje al Ministerio: "Cambios tan frecuentes en las normas tributarias generan incertidumbre sobre la estabilidad de la política fiscal y podrían desincentivar la inversión de las empresas". Además, como siempre que se aprueba una medida así, no está claro que el efecto que va a tener en la recaudación y si puede dar lugar a desviaciones inesperadas del déficit.
En cualquier caso, los cambios ya están marcha y el Gobierno no parece dispuesto a dar marcha atrás. Y, según BBVA, los objetivos de déficit se cumplirán. Pero eso no quiere decir que esté todo resuelto. El banco admite que el endeudamiento público sigue siendo muy elevado y que habrá que continuar con una fuerte disciplina fiscal y aprobando nuevas medidas para reducir el déficit estructural.
Y, dado lo descentralizado que está el sector público español, la entidad cree que el esfuerzo deberá ser compartido por todos los niveles de la administración. "Sería deseable que las próximas medidas de consolidación fiscal se consensúen y se planifiquen equilibrando el esfuerzo de cada uno de los niveles de la administración", finaliza el informe, no sin antes hacer un llamamiento para que se aprueben cuanto antes los Presupuestos de 2017.
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