El Servicio de Estudios del BBVA (BBVA Research) ha presentado un documento titulado 'Hacia un mercado de trabajo más eficiente y equitativo' en el que repasa la situación del mercado laboral y hace una serie de propuestas para reducir la tasa de paro estructural de la economía española. Algunas ya se conocían y otras son más novedosas, como la idea de recortar la duración de las prestaciones al menos cuando la economía esté en una fase de crecimiento y a los ciudadanos les resulte más fácil salir del paro.
Según la entidad, la duración actual del derecho a percibir estas prestaciones (24 meses) es comparativamente elevada y desincentiva la búsqueda de empleo, por lo que sería deseable reducirla al menos durante las fases expansivas del ciclo. En concreto, cree que se podría establecer una regla automática que vinculase el tiempo de prestación con algún indicador del mercado de trabajo. En Canadá existe un modelo similar en el que las condiciones de acceso a la prestación, la cuantía y la duración cambian en función del comportamiento de las tasas de desempleo regionales.
Para evitar riesgos presupuestarios, la entidad presidida por Francisco González cree que habría que establecer límites sobre la cuantía máxima de la prestación, además de una transparencia absoluta tanto en los factores que desencadenan los cambios en las prestaciones como sobre las condiciones en cada contingencia.
También en materia de prestaciones, apuesta por incrementar la exigencia de búsqueda de activa de empleo, estrechar el vínculo entre la percepción de prestaciones y la participación en programas de activación y adaptar el concepto de “oferta de empleo” a los estándares internacionales. Esta última propuesta incluye la revisión de los criterios sobre el tipo de actividades que se consideran aptas para un parado, la relajación de las restricciones sobre la movilidad y la agilización de las sanciones y el aumento de las penas cuando se rechaza la primera oferta de empleo adecuada.
Propone dar una vuelta a la 'mochila austriaca' que proponen algunos partidos para que sirva también para financiar el desempleo
Para mitigar los desincentivos que generan las prestaciones, BBVA también propone crear cuentas de ahorro individuales que incluyan el equivalente a la actual indemnización por despido más el derecho de prestación por desempleo. De esta forma, las cuentas se nutrirían tanto de las aportaciones periódicas del empleador (8 días por año) como de las aportaciones de los trabajadores para tener derecho a estas prestaciones.
Además, estos fondos se complementarían con una cobertura adicional de carácter asistencial que estaría condicionada al nivel de ingresos del hogar y a la participación en programas de activación de los desempleados con mayores dificultades de inserción laboral que hubiesen agotado su cuenta. Y si el trabajador se mantiene activo a lo largo de toda su vida laboral y no se ve obligado a usar los fondos,los podrá disfrutar durante la jubilación.
Esta propuesta supone dar una vuelta más a la conocida como 'mochila austriaca' que partidos como PP y Ciudadanos incluyeron en sus programas electorales pensada únicamente para financiar las indemnizaciones por despido. BBVA quiere ir más allá y hacer que sirva también para financiar el desempleo. El objetivo, tal y como explican desde el banco, es reducir la condicionalidad de todo el sistema público y, por tanto, compartir menos los riesgos. De hecho, BBVA también es partidario de iniciar la transición hacia un sistema público de pensiones formado también por cuentas individuales.
Premiar a las empresas que no destruyan empleo
Por otro lado y para que las empresas entiendan también el coste que supone el despido de trabajadores para las arcas públicas, BBVA Research propone avanzar hacia un sistema de 'bonus malus', similar al de EE.UU., que penalice los despidos. Esto significa introducir cierta progresividad en los tipos de cotización en función del historial de despidos de cada empresa, de forma que las que destruyan menos empleo asuman tipos de cotización más bajos.
Reducir el número de contratos a tres: uno indefinido, uno temporal con una duración máxima de dos años y uno de formación
Todo esto iría acompañado de una reducción del menú de contratos a 3: uno indefinido, otro temporal con origen causal y una duración máxima de dos años y el de formación y aprendizaje. Además, habría que hacer un cambio integral de las indemnizaciones avanzando hacia un sistema mixto que combinaría la cuenta de ahorro individual mencionada anteriormente con una indemnización adicional que asumiría la empresa, creciente en función de la antigüedad y mayor para los improcedentes.
Para animar a las empresas a hacer contratos indefinidos, la indemnización sería más baja que la de los temporales durante los primeros años. Este nuevo sistema se podría traducir, según los cálculos del banco, en una caída de la tasa de temporalidad de entre 6 y 11 puntos, lo que podría reducir la tasa de paro casi 9 puntos a largo plazo en el mejor de los casos. Y el descenso del paro y la temporalidad acabarían teniendo repercusiones positivas sobre el PIB (entre el 4,1% y el 12%), las horas trabajadas (entre el 2,2% y el 5,2%) y la equidad en la distribución de la renta (de entre el 3,9 y el 7,1%).
Sueldo variable para todos los trabajadores
En el ámbito de la negociación colectiva, BBVA propone apostar por una flexibilidad salarial duradera y pactada entre agentes sociales y generalizar el pago por rendimiento al conjunto de los trabajadores, de forma que parte del sueldo fuese variable y dependiese del empeño individual y los resultados de la empresa. Aunque admite que esta flexibilidad puede reducir el salario medio, asegura que estimularía la creación de empleo en mayor proporción. Así, una caída del salario real del 7% podría incrementar la ocupación en un 10,4% y el PIB un 8,3%.
Además, cree que sería bueno que un organismo estatal opinase sobre el incremento salarial pactado (actualmente lo hacen los agentes sociales) y que la negociación colectiva se articule en el ámbito de la empresa, con una simplificación del contenido de los convenios y modelos de redacción de uso inmediato a disposición de las pymes, igual que los que existen para los contratos.
Bajar cotizaciones y subir el IVA para crear 200.000 empleos y elevar un 0,7% el PIB
Para mejorar la fiscalidad del trabajo, como ya ha dicho en otras ocasiones, BBVA propone hacer una devaluación fiscal reduciendo 2,3 puntos las cotizaciones y compensar la caída de ingresos con un aumento de 2 puntos de los impuestos indirectos. Esta propuesta permitiría crear 200.000 empleos y elevaría el PIB un 0,7%, como ya contamos en Vozpópuli. Además, subraya la importancia de incentivar la prolongación de la vida laboral permitiendo la percepción simultánea de la pensión y el ejercicio de una actividad exenta del pago de cotizaciones, e incentivando la transición a un sistema público de pensiones basado en cuentas individuales.
Todas estas medidas, según el banco, permitirían mejorar un marco institucional y regulatorio inadecuado para la capacidad de la economía española y deberían acompañarse de mejoras en las políticas activas y reformas en otros ámbitos, como la formación y el empleo juvenil, la regulación de los mercados de bienes y servicios y el tamaño de las empresas, que iría acompañado de una mejora del acceso y las condiciones de financiación de las más pequeñas.
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