Durante la rueda de prensa, el equipo económico de BBVA que presentaba el informe Situación España eludió pronunciarse sobre el fenómeno Podemos y los peligros de la fragmentación política. Sin embargo, en el editorial de dicho informe, en negro sobre blanco, se recoge la incertidumbre política como uno de los posibles riesgos que en la actualidad encara la economía española:
“Finalmente, la incertidumbre sobre el entorno político podría aumentar durante los siguientes trimestres, lo que provocaría un incremento del ahorro precautorio de las familias y una disminución de la inversión de las empresas”, sostienen los expertos de BBVA Research, el servicio de estudios del banco que preside Francisco González.
Precisamente el hecho de que los españoles ya no ahorren por temor a perder su empleo, por un lado, y la inversión en bienes de equipo y maquinaria, por otro, están siendo dos de los motores decisivos para que la actividad doméstica tire por encima de lo que preveían muchos analistas.
Y tamaña advertencia se une a la encuesta que este lunes llevó a cabo el Instituto de la Empresa Familiar entre sus asociados. Ésta calificaba la situación política con un 1 sobre 9 puntos, bastante peor que la situación económica, puntuada con un 4 sobre 9.
¿Decoupling con Europa?
Entre los posibles riesgos, BBVA destaca sobre todo la duración de la falta de dinamismo de algunas economías europeas y la interacción que puede tener este proceso con el de reducción de precios. No en vano, por este motivo la entidad ha recortado sus estimaciones de crecimiento de España para el 2015, desde el 2,3 al 2 por ciento.
No obstante, los economistas del banco resaltan el alto nivel de desacoplamiento que está consiguiendo la economía española, la cual logra crecer y exportar más pese al frenazo de sus socios comerciales. De acuerdo con sus cálculos, si antes una disminución de un punto del PIB en Europa se habría traducido directamente en otra caída de un punto en España, ahora en cambio la depreciación del euro fomentada por la política expansiva del BCE podría compensar la mitad de esa pérdida de crecimiento.
Y ese efecto se puede ver todavía más reforzado por la rebaja de los precios del petróleo, la mejora de las condiciones de financiación y la desaparición del tono contractivo de la política fiscal.
La reforma fiscal y la deuda
BBVA cita la reforma fiscal como uno de las palancas de crecimiento en 2015. Sin embargo, apostilla que esta rebaja tributaria puede añadir incertidumbre en tanto en cuanto el proceso de consolidación fiscal no ha concluido.
Es más, ante la ausencia de medidas que compensen el recorte de impuestos, se señala que en el futuro se tendrán que adoptar iniciativas adicionales para acelerar la reducción de deuda en un contexto de crecimientos bastante más bajos que los de antes de la crisis.
El paro estructural
Los economistas de BBVA cifraron el número de parados estructurales en los 3,4 millones, es decir, aproximadamente una tasa de paro del 17 ó 18 por ciento. Estos desempleados son aquellos cuya situación de paro no obedece al ciclo, sino a motivos estructurales como la falta de formación. O lo que es lo mismo, no tendrían trabajo incluso si hubiese demanda de empleo.
Se trata pues de un drama muy serio que precisa de medidas urgentes. En el pasado, estos trabajadores se ocupaban a costa de aumentar el desequilibrio por cuenta corriente y por lo tanto contraer deuda en el exterior. Pero esto ya no será posible. De ahí que a juicio de BBVA sea imprescindible continuar con las reformas si queremos reducir el paro cuanto antes. “No hay atajos al crecimiento”, comentaron Jorge Sicilia y Rafael Doménech, economistas de BBVA Research.
En concreto, BBVA valora positivamente la reforma de las políticas activas de empleo, pero denuncia que se precisan más recursos por parado y una mejor orientación de los fondos para aumentar la empleabilidad de los desocupados, en especial de aquellos de larga duración. El servicio de estudios prevé que entre 2014 y 2015 se crearán 700.000 puestos de trabajo.
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