El Banco Central Europeo (BCE) prevé que las líneas de avales que se han iniciado en las principales economías comunitarias tendrán un coste de entre 21.000 millones y 42.000 millones para las arcas públicas, según informa 'El Confidencial'.
En esta ocasión, no son ayudas al sector financiero como en la crisis anterior, son un soporte para que las empresas afectadas por las medidas restrictivas de la pandemia del coronavirus pudiesen tener acceso a financiación.
Por otro lado, los bancos de la zona euro cuentan con la capacidad para resistir al estrés causado por la covid-19, aunque en el caso de un significativo agravamiento de la situación varias entidades podrían verse en dificultades para seguir cumpliendo con sus requisitos mínimos de capital y deberían tomar medidas al respecto, aunque a nivel general el déficit permanecería contenido, según revelan las pruebas de vulnerabilidad a las que el BCE ha sometido al sector, y recoge Europa Press.
Este examen evaluó cómo el impacto económico causado por el brote de coronavirus afectaría a 86 bancos de la zona del euro y tuvo como objetivo identificar vulnerabilidades potenciales dentro del sector bancario en un horizonte de tres años. "En general, los resultados muestran que el sector bancario de la zona del euro puede soportar el estrés inducido por la pandemia", ha subrayado la institución.
El escenario severo, que representa un desarrollo más adverso, pero aún plausible, de la crisis, prevé una disminución del PIB real del 12,6% en 2020
El análisis de vulnerabilidad del BCE se centró en dos escenarios establecidos en las proyecciones macroeconómicas de la institución, publicadas el pasado mes de junio. El escenario central, que es más probable que se materialice según los técnicos del BCE, prevé que el producto interno bruto (PIB) real en la zona del euro disminuya un 8,7% en 2020, con un crecimiento del 5,2% y del 3,3% en 2021 y 2022, respectivamente.
Escenario severo
Por su parte, el escenario severo, que representa un desarrollo más adverso, pero aún plausible, de la crisis, prevé una disminución del PIB real del 12,6% en 2020 y un crecimiento del PIB del 3,3% y 3,8% en 2021 y 2022, respectivamente.
Estos supuestos recogen también el impacto de las medidas de alivio monetario, fiscal y de supervisión tomadas en respuesta a la crisis del coronavirus, incluyendo los planes nacionales de protección laboral, las medidas de apoyo fiscal, avales y las medidas de auxilio operativas por parte de la Supervisión Bancaria del BCE, así como las recientes medidas a escala europea para proporcionar socorro en virtud de algunas de las disposiciones del Reglamento sobre requisitos de capital.
"Los resultados muestran lo importante que fue que los bancos fortalecieran su posición de capital en los últimos años como resultado de las reformas regulatorias posteriores a la crisis financiera", ha señalado Andrea Enria, presidente del Consejo de Supervisión del BCE, quien ha subrayado que la coordinación de políticas y las medidas de apoyo han ayudado ya a mitigar el impacto de la pandemia en la economía.
Bajo la hipótesis central, que ya prevé una recesión severa, el índice promedio de capital básico de máxima calidad se deterioró en 1,9 puntos porcentuales
"Sin embargo, si la situación empeora en la línea del escenario severo, las autoridades deben estar preparadas para implementar medidas adicionales para evitar un desapalancamiento simultáneo por parte de los bancos, lo que podría profundizar la recesión y afectar severamente la calidad de sus activos y capital posiciones", ha advertido.
Dificultades en el peor escenario
Bajo la hipótesis central, que ya prevé una recesión severa, el índice promedio de capital básico de máxima calidad (CET1) de los bancos, un indicador clave de solidez financiera, se deterioró solo en 1,9 puntos porcentuales, bajando al 12,6% en 2022 desde el 14,5%. "Como resultado, los bancos podrían continuar cumpliendo su función de préstamos a la economía", señala el BCE.
De su lado, en el escenario más severo, el CET1 promedio de los bancos se consumiría en 5,7 puntos porcentuales, hasta el 8,8% en 2022 desde el 14,5%, por lo que el BCE advierte de que "varios bancos tendrían que tomar medidas para seguir cumpliendo con sus requisitos mínimos de capital, aunque el déficit general permanecería contenido".
Los principales impulsores del agotamiento del capital de las entidades serían las exposiciones crediticias deterioradas, las pérdidas por riesgo de mercado y la menor rentabilidad. Como se esperaba, los bancos más rentables experimentaron una disminución menor en sus ratios de CET1.
El deterioro en las carteras de crédito de los bancos de la eurozona podría rondar los 180.000 millones de euros
"El sector bancario europeo se encuentra en una posición muy sólida para resistir un 'shock' sin precedentes, algo de lo que nunca hemos sido testigos en la UE en cuanto a profundidad de la recesión. En el escenario que nuestros economistas consideran más probable, los bancos consumirían un 1,9% de capital, que es algo manejable y permitiría a las entidades seguir apoyando a la economía", ha señalado Andrea Enria, presidente del Consejo de Supervisión del BCE, en declaraciones a la cadena CNBC, recogidas por Europa Press.
"Pero si nos vamos a un escenario severo, que los economistas consideran plausible y no podemos descartarlo, el consumo de capital sería bastante material, con un 5,7%, con algunos bancos que se enfrentarían a dificultades para seguir cumpliendo con los requisitos mínimos", ha apuntado el banquero italiano.
En este sentido, según el escenario central manejado por el BCE en su examen, Enria ha señalado que el deterioro en las carteras de crédito de los bancos de la eurozona podría rondar los 180.000 millones de euros, "una cifra bastante elevada", mientras que en el escenario adverso planteado las pérdidas crediticias alcanzarían unos 385.000 millones de euros, "lo que supone una enorme cifra de pérdidas".
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