Economía

Por qué el BCE de Guindos es una amenaza para la España de Feijóo

El líder popular se topará con un escenario complejo si logra gobernar. En el primer tramo de la legislatura sufrirá los daños colaterales de la estrategia del BCE para sacar del pozo a Alemania

El Banco Central Europeo puede lastrar el proyecto para España de Alberto Núñez Feijóo. Toda una paradoja, teniendo en cuenta que en la institución manda, además de Christine Lagarde, el español que más desea el PP como ministro de Economía: Luis de Guindos.

Si el líder popular desbanca a Pedro Sánchez el 23-J, se topará con un escenario endiablado, muy marcado por la política monetaria del BCE y con el añadido del retorno de las reglas fiscales. El organismo afincado en Fráncfort volverá a subir los tipos de interés el jueves 27 de julio, cuatro días después de la más que probable victoria del PP en los generales. Lo que sufrirá el Gobierno de Feijóo son los daños colaterales de la guerra del banco central contra la inflación, que le ha llevado a elevar, de forma drástica y en tiempo récord, el precio del dinero (del 0% al 4% en 12 meses).

Esa política marcará directamente los primeros trimestres de gobernanza del PP. La primera gran incógnita es qué motor tirará del PIB en la segunda mitad del año y en el conjunto de 2024. En el tramo final de la legislatura de Sánchez, las exportaciones se han convertido en el auténtico revulsivo de la economía, compensando la apatía del consumo. Que las terrazas y los bares estén llenos no significa que los hogares estén consumiendo de forma intensa.

"La demanda nacional se debilitó en términos agregados, contribuyendo negativamente al crecimiento (-0,9 puntos del PIB)", apunta el último informe de Equipo Económico, publicado esta semana. "Esto fue el resultado de una disminución destacada en el consumo de los hogares (-1,3% intertrimestral en el primer trimestre), lo que refleja el impacto de las persistentes presiones inflacionistas y de la subida de tipos de interés sobre el poder adquisitivo de los hogares", añade el 'think tank' que dirige Ricardo Martínez Rico.

En el lado positivo de la balanza está la aportación del sector exterior, propulsado por la contención de los salarios y los márgenes empresariales, que han mantenido la competitividad de los productos y servicios españoles. Entre enero y marzo, el PIB creció un 0,6% respecto al último trimestre de 2022, recuperando -al fin- el nivel prepandemia. Mientras que el consumo de lo hogares decreció un 1,3%, las exportaciones avanzaron a un ritmo del 5,7%.

El problema -para un hipotético Gobierno popular- es que ese motor perderá potencia de forma considerable en los próximos trimestres. Y la 'culpa' la tiene el BCE. La institución que lideran Lagarde y Guindos se enfrenta a un panorama muy complejo, ya que su 'cruzada' contra la inflación ha tenido resultados desiguales. Mientras que el IPC ha descendido en España por debajo del 2% (la meta del BCE), en Alemania repuntó en junio al 6,4%. La media de la Eurozona asciende al 6,1%.

La decisión de banco central de seguir subiendo los tipos obedece a la necesidad de enfriar la inflación en el área del euro; y, sobre todo, de reactivar la locomotora alemana, especialmente dañada por el impacto económico de la guerra de Ucrania. Lo demuestra un hecho: Alemania entró en recesión técnica en abril, tras encadenar dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo (-0,5% y -0,3%). En la misma situación está la Eurozona, cuyo PIB decreció un 0,1% en el último trimestre de 2022 y en el primero de este año.

Las consecuencias del bache alemán

El bache de Alemania y de otros países del entorno es una pésima noticia para una economía como la española. Son socios comunitarios y, a la vez, clientes. Entre enero y marzo, España aumentó un 26,5% las exportaciones del sector automovilístico. Las de bienes de equipo crecieron también por encima del 20%. Y los principales compradores se encontraban en la UE, que acaparó el 63,8% del total de las exportaciones de bienes y servicios durante el primer cuatrimestre del año 2023, con Francia y Alemania a la cabeza (15,6% y 10,5%, respectivamente).

"Están emergiendo dudas razonables sobre el impacto que el complejo panorama económico europeo tendrá en la capacidad del sector exterior español para seguir impulsando la economía en el medio plazo", advierten desde Equipo Económico. Este escenario "dificulta la toma de decisiones para una política monetaria común en un conjunto de países como la Eurozona, con datos tan heterogéneos".

El sentimiento es generalizado entre los principales servicios de estudios. "Los indicadores de coyuntura apuntan a un debilitamiento del entorno internacional, sobre todo, en Europa. En general, el enfriamiento es mas significativo en la industria que en los sectores de servicios", señala el último Panel de Funcas.

"El dinamismo de la actividad económica en los próximos trimestres se enfrentará a algunos obstáculos considerables. Entre ellos destacan los que se derivan del endurecimiento que ya se ha observado en las condiciones financieras", avisa el Banco de España en su informe trimestral de junio. "Estos obstáculos seguirán lastrando el ritmo de expansión del gasto de hogares y empresas", añade. Una mala señal para Feijóo y su futuro equipo económico, puesto que son las familias las que deberían recoger el testigo del sector exterior como impulsor del PIB.

Feijóo elecciones
Cartel electoral del PP en el centro de Madrid.EP

La posibilidad de que el consumo avance con vigor es harto complicada. Los hogares -también las pymes y los autónomos- seguirán sufriendo en los primeros trimestres de la nueva legislatura los efectos de la imparable subida de tipos. Los economistas que participan en el Panel de Funcas creen que el Euribor no ha tocado techo. Alcanzará el 4,05% en el tercer trimestre y no bajará del 4% en lo que queda de año. La escalada de los tipos aún no se ha trasladado totalmente al mercado hipotecario. Por tanto, las familias soportarán un mayor coste financiero y, a la vez, una restricción creciente del crédito por parte de la banca, más cautelosa por la amenaza de morosidad.

El 74% de la deuda de los hogares españoles está ligada directamente a la vivienda. El aumento de esa factura implica directamente la reducción de otras partidas de gasto en el caso de quienes disponen de menores niveles de renta. Y en España hay muchos millones.

"En los próximos trimestres, el ritmo de expansión del gasto de las familias seguiría viéndose limitado por unas condiciones financieras más restrictivas y por unos precios todavía elevados. Además, el aumento de los tipos de interés y del coste de la deuda podría incentivar a los hogares a destinar una mayor parte de su renta y del ahorro acumulado durante la pandemia a la amortización de préstamos", concluye el Banco de España.

Fondos UE, la gran esperanza para Feijóo

El reto para Feijóo y sus 'ministrables' del área económica es considerable. Al líder popular le queda, eso sí, el arma que Sánchez no ha sabido usar con acierto: los fondos europeos. El PP ha denunciado por activa y por pasiva el poco partido que el Gobierno de coalición ha sacado a las ayudas comunitarias. Génova cuenta en su equipo con economistas como Santiago Sánchez, que ha seguido con lupa el gasto de los fondos. Según su último recuento, a 31 de mayo, se había realizado "un irrisorio 8,07% de pagos realizados sobre el total de créditos definitivos".

Que los populares tengan bien identificados los errores en la ejecución es una esperanza para su líder. Los fondos europeos son combustible del máximo octanaje para impulsar la actividad económica y compensar los efectos dañinos de la política monetaria en empresas y hogares. Del acierto de Feijóo dependerá que el PIB crezca por debajo del 2% en 2024, como prevén numerosos servicios de estudios; o avance como una moto de verdad, no como la que ha vendido Sánchez.

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