El Banco Central Europeo (BCE) consideró este miércoles que la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), prevista para el 31 de octubre y sin un acuerdo por el momento, tendrá un efecto que los bancos de la eurozona serán capaces de gestionar, aunque pidió mantener la cautela.
"Estamos analizando no únicamente el impacto en cuanto a la localización de los bancos sino también la exposición de los bancos de la eurozona a los riesgos que emerjan del brexit", indicó el presidente del Consejo de Supervisión del BCE, Andrea Enria, en una comparecencia ante la comisión de Asuntos Económicos del Parlamento Europeo.
Enria señaló que, dentro del ala de estabilidad financiera del BCE, "se está realizando todo tipo de simulaciones, de pruebas de estrés", para ver cómo se van a poder asumir los distintos efectos.
"Si se ve esa evaluación un tanto estática, la conclusión a la que se llega es que debería ser gestionable", recalcó.
En todo caso, Enria aludió a que, si se combinan las alteraciones comerciales, la situación macroeconómica "y otras modificaciones posibles", son conscientes de que sí que tienen que ser "cautos" en cuanto a los riesgos posibles.
Ruptura con Europa
Si, como ha prometido el primer ministro británico, Boris Johnson, el próximo 31 de octubre el Reino Unido deja la UE y no se logra antes un pacto para su salida ordenada, se convertirá automáticamente en un tercer país y toda la legislación comunitaria dejará de aplicarse en su territorio de manera abrupta.
La Unión Europea y sus Estados miembros han elaborado planes de contingencia para estar preparados ante esa circunstancia y que el brexit tenga el menor impacto negativo posible.
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